El llamamiento a la ciudadanía realizado por los vecinos de la Asociación Porto da Barca en busca de ayuda para la elaboración de las alfombras florales de este año, surtía efecto o por lo menos así hablaba el resultado. Cerca de cien personas se congregaban en las calles del Casco Vello, desde San Roque hasta la Iglesia de San Mauro, armados de guantes, paciencia y tesón, para procurar el adorno en la tradicional celebración de la fiesta del Corpus Christi.
La lluvia respetaba un trabajo que comenzaba a las 6:00 horas, cuando el cojín se colocaba para acomodar las rodillas, y comenzaba la minuciosa confección que a media mañana ya daban casi por concluida. Múltiples y muy diferentes diseños había este año, que simulaban, y de hecho conseguían hacer creer, que allí habían colocado alfombras de lana de verdad; otros más floridos y primaverales, otros de inspiración religiosa, los había incluso de lo más original, con las fichas de un dominó perfectamente colocadas, o un pentagrama con su clave de sol, mariposas, palomas, diseños infantiles, y hasta un arca de Noé repleta de animales.
Flores, helechos, pero también sal o serrín teñidos, fueron los materiales empleados para dar forma a las distintas alfombras que adornaban las calles de colores y buena sintonía. Porque la complicidad y el buen humor se respiraba entre los protagonistas de esta historia, que acompañaban su trabajo con un buen chocolate con churros para recuperar fuerzas. Bien merecido, visto el resultado, que un año más acompañará la celebración de exaltación de la Eucaristía que llega tras 60 días después del domingo de Resurrección.