Nos adentramos en rincones que sólo sus moradores conocen, descubrimos la riqueza natural y artística, develamos secretos de una tierra y de sus gentes.
Conocemos las aldeas de la comarca de la mano de sus vecinos que compartirán su manera de vida, tradiciones, historia…
En Valdeorras Pueblo a Pueblo, hacemos parada en Córgomo, tierra de poesía, música y buen vino.
Entre viñedos y montañas, Córgomo ha sido cuna de poetas, músicos y generaciones de viticultores que han marcado su identidad. Las huellas de aquellos que hicieron de esta tierra un hogar perduran en su paisaje y en sus tradiciones. Córgomo, más que un lugar, es un legado que sigue vivo en las voces y en las manos de quienes lo habitan.
La poesía de Florencio Delgado Gurriarán se erige como uno de los pilares que mejor han sabido inmortalizar el alma de Córgomo. Su obra, se convierte en un testimonio de su profundo amor por esta tierra, y es a través de sus versos que podemos comprender el latido de este pueblo. (Entrevista Eloy habla de Florencio)
Este amor por la tierra no solo se expresa en las palabras, sino también en la música. A través de la gaita, el bombo y el tamboril, Follas Novas ha sabido dar vida y alegría allí por donde pasaba, creando una conexión profunda entre pasado y presente.
La música, al igual que la poesía, se convierte en una poderosa herramienta para preservar la memoria del pueblo. Sin embargo, la historia de Córgomo también se encuentra escrita en sus monumentos, en la iglesia de Santa Marta, y en los vestigios de los petroglifos que aún se encuentran en sus montes.
A medida que nos adentramos más en la historia, descubrimos los petroglifos y que la relación de Córgomo con la tierra va más allá de la simple labor del campo. Los vestigios de la explotación del oro nos hablan de un pasado de arduo trabajo, donde la tierra no solo fue cultivada.
El arte sigue siendo una forma de expresión viva en Córgomo, gracias a Manuel Conde y su iniciativa Córgomo Arte. Esta propuesta, que cumple ya su 12ª edición, sigue promoviendo el arte local y dinamizando la cultura en la zona rural, ofreciendo un espacio para que los creadores puedan mostrar sus obras y mantener viva la cultura en el cultural.
No podemos olvidar la profunda conexión de Córgomo con la viticultura, una tradición que ha perdurado a lo largo de los siglos. El vino, cultivado en sus viñedos, es parte de la identidad del pueblo, un reflejo del esfuerzo y dedicación de generaciones de viticultores.
Así, Córgomo se presenta como un lugar donde el arte, la poesía, la música, y la viticultura se entrelazan para formar una rica herencia que se transmite de generación en generación. A través de sus tradiciones y sus paisajes, este pueblo sigue viva en las manos y las voces de quienes lo habitan, que día a día mantienen su historia y su cultura.
En Córgomo, el pasado nunca se olvida, sino que sigue latiendo, lleno de memoria y orgullo. Nos vemos en la próxima parada de Valdeorras Pueblo a Pueblo.