
El incendio iniciado el jueves en Larouco mantiene activo un frente que ya ha llegado al concello de Rubiá. Las llamas, visibles desde el colegio desde primera hora de la tarde, mantienen en vilo a los vecinos, que se han organizado para levantar cortafuegos y tratar de contener el avance del fuego con los medios disponibles.

A su lado trabaja un camión de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que inspecciona el terreno y coordina el dispositivo de defensa en la zona. La preocupación crece a medida que las llamas se acercan a las primeras casas.

Isabel Arias, concejala de Rubiá, describe la situación con inquietud: «Este é o que creo que viña de San Vicente, Tres Penas Marias e pa aquí». Según explica, el fuego que ya arrasó pueblos en Vilamartín de Valdeorras y ha obligado a desalojos en O Barco, sigue una trayectoria que amenaza con alcanzar A Veiga de Cascallá, en el propio concello de Rubiá.

Mientras tanto, los vecinos no se separan del monte. «Fixeron que están facendo un cortafuego», señala Arias, que confirma que la lengua de fuego parece que sigue hacia A Veiga de Cascallá y Porto Real.
Rubiá se suma así a la larga lista de pueblos de la comarca que lucha por proteger lo suyo y evitar que el fuego le arrebate aquello que tanto les ha costado construir y mantener.