Las calles de A Portela se vuelven a «vestir» por segundo año consecutivo con las pinturas y esculturas de Carina Rodríguez, Alva —Lito Álvarez—, Alba Aizpuru, Roberto Álvarez, Conde y Torino, Amancio, Rivera, estos tres últimos artistas locales.
Rivera, un maestro jubilado, vecino de la localidad fue el encargado de pronunciar el emotivo pregón en el que recordó un pueblo en el que no había «nin televisión, nin teléfono. As calles estaban cheas de quincairos pero aínda así conseguimos ser felices e pasámolo estupendamente». Se emocionó en numerosas ocasiones trayendo a su memoria los épocas pasadas e hizo que los presentes viajaran en el tiempo con él.

Con la escuela como el hilo conductor rememoró unos tiempos, que aunque difíciles fueron «felices». El profesor don Eustaquio, el frío que se colaba por las ventanas cuyos cristales rotos estaban cubiertos con cartón, la hora del recreo buscando el calor en los alambiques del «señor Edesio, o tío Clemente e o do Barbas» o los nombre de los compañeros de clase, formaron parte de estos recuerdos.

Los juegos como la «billarda, bolinchas, roma, cartois ou o que máis nos roubaba o tempo, o futbol». Los encuentros en A Chaira con pelotas de trapo, la compra de una de goma gracias al dinero recaudado por los chavales recogiendo carnezuelo —una cosa negro que salía en las espigas del centeno—.

Rivera expone también en las calles de A Portela, cuenta que cuando se jubiló y «como una persoa que quero seguir activo en todo metinme en teatro, toco a guitarra un pouco, toco a acordeón, pinto, recito poesía».

Su padre era electricista de Eléctricas Reunidas, una empresa de Larouco, en la que recaudaba los recibos y para ello llevaba una cartera, por eso lo llamaban «o ministro con carteira», muchos recuerdo y mucho arte.

Al finalizar el pregón de Rivera, unas grupo de mujeres de A Portela se arrancaron cantado canciones para el disfrute de los presentes al acto de inauguración de «Arte no Rural».

Carina, nuevas técnicas y nuevos trabajos
Los pañuelos de seda pintada a mano con resultados «imprevisibles pero espectaculares». La arista valdeorresa cambia continuamente de formato que es lo que más le gusta «pasar del óleo a la seda, algodón pintado con rotulador. Cambiar de formato es lo que me da vida».

Su cabeza no para de «discurrir». Así entre las obras expuestas, nos muestra un cuadro realizado con acuarela que tiene tramos bordados «está intervenido el papel para que haya un juego de volúmenes que es lo que sorprende». Esta incorporación de volúmenes permite que veamos lienzos cosidos o con el cordón integrados en la propia pintura.

Unas calles llenas de arte
Alva —Lito Álvarez—, es un clásico de las exposiciones ideadas por Amancio Díaz que tiene una especial predilección por este artista de A Rúa, la mayor parte de los cuadros expuestos son de su colección particular. Amancio también muestra sus lienzos en A Portela al igual que Alba Aizpuru, Roberto Álvarez, Conde y Torino o Ribera.

A Portela se convierte en un museo al aire libre este fin de semana y es una visita muy recomendada.
Paso obligado por la cantina
El recorrido a esta exposición acaba en la cantina, un bar montado al aire libre por los miembros de la Asociación A Rabosa, organizadora del evento que cuenta con la colaboración del Concello de Petín y la Diputación de Ourense.

Unos buenos callos, empanada, tortilla o embutidos de la tierra para reponer fuerzas y un vino de Váldeorras para acompañarlo es el broche perfecto para un momento de desconexión.

Lo recaudado en la cantina se destinará a sufragar los gastos de las múltiples actividades y eventos que realiza A Rabiosa, entre ellos está la fiesta de San Vitoiro, patrono de la localidad que se celebra a finales de agosto.
