domingo. 15.06.2025

¿Es mejor estar solo o en pareja?

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¿Quién no se lo ha planteado alguna vez? ¿Es mejor estar solo o en pareja? Esta decisión afecta a muchos aspectos de la vida, pero simplificando, podemos reducirlo a dos. El emocional y el económico y son las que vamos a exponer. 

Valdeorras, como tantas otras zonas rurales, combina estilos de vida distintos: desde familias que comparten hogar hasta quienes prefieren la independencia. Estas son las opiniones que han dejado en nuestras redes sociales nuestros seguidores en redes sociales, y que reflejan la diversidad de perspectivas.

Para ML. Sanjurjo, «el amor de pareja es hermoso, pero siempre y cuando haya conexión y respeto; de lo contrario, mejor estar solo y sin estrés». Anges Prada, por su parte, propone «disfrutar de ambas etapas, porque cada una tiene su encanto». Iris Valle, con un toque irónico, asegura que es «mejor solo que mal acompañado», mientras que Serafín Franco, tras cuarenta años de matrimonio, afirma que «no cambiaría la compañía de su esposa por nada en el mundo».

Más allá de las experiencias personales, los expertos en economía señalan algunas diferencias claras. Vivir solo, para empezar, implica que todos los gastos recaen en una sola persona, lo que puede hacer que resulte más costoso. Sin embargo, vivir en pareja también conlleva gastos compartidos y, a veces, imprevistos. Al mismo tiempo, una relación bien gestionada permite un mayor ahorro, ya que dos personas pueden planificar y repartirse los gastos fijos. Quien vive solo, sin embargo, cuenta con la libertad de gestionar sus ingresos a su manera, sin tener que consensuar decisiones financieras.

Y es que, cuando se está solo, el control del gasto es absoluto: no hay discusiones sobre cómo distribuir el dinero, ni riesgo de asumir deudas ajenas. Sin embargo, estar en pareja también aporta estabilidad y, en muchos casos, beneficios fiscales, así como un respaldo en momentos de dificultad económica. Porque si uno de los dos se queda sin empleo o atraviesa un bache financiero, el otro puede ofrecer su apoyo y sostener la economía del hogar, un lujo que quienes viven en soltería no pueden permitirse. Además, los hoteles cuestan casi lo mismo para una que para dos personas y las ofertas de los supermercados, no están hechas para quienes viven solos.

Si hablamos de la vertiente emocional podemos mencionar la independencia, ya que estar solo permite una mayor libertad para tomar decisiones sin la necesidad de comprometerse o ajustarse a las expectativas de otra persona. El autoconocimiento, ya que el tiempo en soledad ofrece oportunidades para el crecimiento personal y una mayor conexión con uno mismo, así como menos conflictos, ya que la convivencia en pareja puede traer conflictos y desafíos que no se presentan cuando se está solo.

Pero si hablamos de las desventajas, podemos mencionar la falta de apoyo emocional, la soledad afectiva y la posible ausencia de estabilidad emocional, ya que una pareja puede ofrecer un sentimiento de pertenencia y estabilidad emocional, lo que ayuda a enfrentar mejor los altibajos de la vida.

La psicóloga Iria Fernández, del centro de Psicología Resiliencia, nos recuerda que cada elección tiene sus pros y contras. Para ella, lo fundamental es estar bien con uno mismo. «Si alguien es feliz solo, probablemente también lo sea en pareja. Pero quien depende de una relación para sentirse bien, puede arrastrar problemas que, en el fondo, nada tienen que ver con la pareja». Así, mientras algunos encuentran estabilidad emocional y económica en una relación, otros valoran la soltería como una oportunidad para conocerse a sí mismos y gestionar su vida sin depender de nadie más.

No existe una respuesta universal, porque esta decisión depende tanto de nuestras necesidades personales como de nuestras circunstancias económicas. Al final, la clave está en hallar un equilibrio que se adapte a cada uno. ¿Y tú, qué prefieres?

¿Es mejor estar solo o en pareja?