“Si falas de setas, falas de Cristóbal Ruiz Leivas”. Esta es la frase que todo aficionado a la micología en la provincia y en Galicia piensa al hablar de esos pequeños hongos que con tanta profusión nacen en los montes.
Y es que a Ruiz Leivas las setas le alejaron del hombre que, en la época en la que él nació, predominaba en toda España. Aunque su corazón y alma son ya valdeorreses, Cristóbal nació en A Coruña, donde le pilló la Guerra Civil siendo un niño para pasar a vivir en Mondoñedo dos años después.
Y ahí llegó el hambre. Su padre murió y su madre, viuda con cuatro hijos, tenía una paga que no llegaba para todo. Tras diversas vicisitudes, Ruiz Leivas oyó hablar por primera vez de O Barco de Valdeorras, donde iban a abrir una nueva compañía, y allí se fue él. Era enero de 1953 y lo que él no sabía era que la villa se iba a convertir en su casa y en la de su familia.
Cuarenta años estuvo en Cedie donde paso de peón a encargado de hornos eléctricos y donde conoció las setas. “No se solían comer setas, nadie las comía pero yo llegué al Barco y la gente lo hacía”, explica y añade “ahí supe que nunca volvería a pasar hambre”, puntualiza.
Asegura que en Valdeorras era tan típico consumir estos hongos que había hasta refranes y frases hechas con ellas, lo que le daba a pensar que su consumo venía de antiguo. Por eso comenzó a estudiarlas, a conocerlas y distinguirlas.
Un aprendizaje sobre el terreno que ha sido el causante de su vasto conocimiento sobre micología y naturaleza en general ya que también es experto coleccionista de orquídeas. “Aquí no había libros sobre el tema así que le pedí a mi hermano, que vivía en Madrid, que me mandase dos para poder aprender”, destaca.
Y así comenzó una afición que le ha llevado a dar charlas por toda Galicia, ser un referente en el mundo así como hasta a descubrir alguna seta. “En Valdeorras hay más de 3.000 especies pero comestibles serán 200”, señala destacando la riqueza comarcal.
No hay lugar en el que Ruiz Leivas no haya pronunciado una conferencia sobre micología apoyado en libros e imágenes, muchas veces tomadas por él mismo o libros escritos por él. Así hace un recorrido por las diversas familias de setas, cuáles son o sus características y peculiaridades culinarias, dando recomendaciones sobre cómo recogerlos o cocinarlos. Además se refería a las setas no comestibles y a sus peligros, ya que algunos de ellos son mortales, explicando cómo diferenciarlos en el campo para evitar riesgos.
Sobre este año, que tuvo un mal comienzo micológico, apunta que finalmente ha sido bueno debido a la humedad pero también al frío. “Pero hay que tener mucho cuidado, este año hay mucho Paxillus involutus, por ejemplo, que no es comestible”, destaca Ruiz Leivas quien hace hincapié en la importancia de conocer los hongos para no tener un susto y recuerda que muchas, aunque comestibles, un consumo exacerbado a lo largo de la vida pueden resultar dañinas. “Este año también hay muchos níscalos”, y es que él sigue saliendo a cogerlas aunque ya no las consume, “comí muchas”, sonríe mientras muestra todos los objetos de una vida dedicada al aprendizaje.
Vídeo de parte de parte de la conversación mantenida con Cristóbal Ruiz Leivas
