El cuarto y último episodio de Menuda Tropa llevó esta semana al equipo del proyecto al CEIP Condesa de Fenosa de O Barco, donde el alumnado descubrió una faceta inesperada de un material tan cotidiano en Valdeorras como la pizarra. Tres artesanos —el escultor Xelo de Tremiñá, el colocador de pizarra Raúl Díaz, de Éntoma, y el tallador Domingo Malvesada— compartieron sus obras, explicaron sus procesos y demostraron que este «oro negro» no solo cubre tejados, también inspira arte.
La biblioteca del centro se convirtió por unas horas en un pequeño taller creativo. Los estudiantes pudieron observar, tocar y experimentar con el material, guiados por los expertos, que respondieron a sus preguntas y les permitieron probar algunas técnicas básicas. Una oportunidad única para acercarse a la pizarra desde un punto de vista distinto al industrial.
En Valdeorras, la pizarra está en todas partes: en el suelo, en las fachadas, en los ríos e incluso en antiguas escombreras. Durante décadas, su uso estuvo centrado en la construcción, pero en los últimos años varios creadores han abierto nuevas vías de expresión a partir de este mineral que define la identidad de la comarca.
Xelo de Tremiñá utiliza la pizarra habitualmente como base de sus esculturas, aunque en ocasiones la convierte en protagonista absoluta. Un ejemplo es la fuente de Sobradelo (Carballeda de Valdeorras), compuesta por grandes bloques que forman un conjunto artístico integrado en el paisaje.
En el caso de Raúl Díaz, la creatividad llegó tras su jubilación. Después de toda una vida colocando losas en tejados de medio mundo, descubrió que podía transformar el material en un belén artesanal que cada Navidad expone en el colegio de Éntoma. Con la misma paciencia que mostró ante el alumnado, escoge las piezas de pizarra —gris de Valdeorras, verde de Lugo o manchada—, las corta, lija y ajusta para dar vida a figuras minuciosas.
A Domingo Malvesada, su jornada de ocho horas en una pizarrera no le basta para agotar las ideas. Al llegar a casa continúa tallando el material para crear joyas, anillos, pulseras, relojes o marcos. Aunque la pizarra es difícil de trabajar por su tendencia natural a dividirse en láminas, él la aborda como si fuese una impresora 3D: un material que puede modelar hasta convertirlo en cualquier objeto que imagine.
Gracias a artesanos como ellos, la pizarra ha pasado de coronar tejados y revestir fachadas a ocupar espacios interiores y convertirse en un elemento decorativo singular.
Menuda Tropa destaca precisamente por esa integración entre educación, patrimonio y territorio. Su metodología participativa involucra al alumnado y al profesorado, pero también a expertos de distintos sectores y a empresas vinculadas al Clúster da Pizarra de Galicia. Un trabajo conjunto que muestra a los más jóvenes cómo la industria, la ciencia y la creatividad pueden convivir y complementarse para construir futuro.
Impulsada por el medio digital Somos Comarca, con el patrocinio del Clúster da Pizarra de Galicia y la colaboración de la Xunta de Galicia, esta iniciativa se desarrolla bajo el lema “Pizarra Natural de Galicia. Para toda a vida.”
Con experiencias como esta, Menuda Tropa no solo acerca la pizarra a los más pequeños, sino que también despierta su curiosidad y respeto por los recursos naturales y la riqueza geológica de Valdeorras, convirtiendo cada episodio en un laboratorio de aprendizaje y descubrimiento.

