La XXVI Feira do Viño de Valdeorras cerró su edición más multitudinaria de los últimos años con un balance difícil de mejorar: más de 3.500 visitantes, 22.000 copas servidas y un ambiente inmejorable durante todo el fin de semana en la Plaza de Viloira, en O Barco.
El presidente del Consello Regulador, Marcos Prada Ginzo, no ocultaba su satisfacción al hacer balance de la cita y en una nota de prensa señala que: «Estamos muy contentos de la altísima participación, sobre todo de la gente joven; nos enorgullece muchísimo que las nuevas generaciones quieran descubrir el mundo del vino a través de nuestros excelentes blancos y tintos».
Además del vino, que fue el gran protagonista, las actividades paralelas también funcionaron con éxito. Las 40 plazas disponibles para las catas y las 20 del showcooking se agotaron rápidamente, lo que demuestra —según la organización— el interés creciente por vivir una experiencia completa y repetir año tras año.
La presencia de público llegado de otras provincias y comunidades fue otro de los logros destacados por el Consello Regulador. No es casual: detrás hay una apuesta clara por la promoción, con participación en ferias, eventos y una colaboración cada vez más estrecha con la WSET, la entidad formativa más prestigiosa del mundo del vino.
Con los números en la mano y el buen sabor de boca que ha dejado la feria, desde el Consello ya piensan en el futuro. «Hicimos muchas cosas bien, pero hay aspectos que se pueden mejorar y ya estamos trabajando en introducir novedades para las próximas ediciones», adelantó Marcos Prada.
La cita ha servido para dar a conocer el trabajo de los viticultores y bodegueros de Valdeorras, y para reforzar el vínculo entre el vino y un público cada vez más amplio y diverso. La fiesta del vino sigue creciendo.