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La Playa Fluvial del Malecón se transformó en el epicentro festivo de O Barco de Valdeorras. La ya tradicional Fiesta de las Pandillas, uno de los eventos más esperados del programa de las Fiestas del Cristo, volvió a brillar con luz propia gracias a la participación de 23 peñas y más de 350 personas. Una celebración que une generaciones, traspasa fronteras locales y convierte cada septiembre en una cita obligada con la amistad y el reencuentro.
Desde el mediodía, los colores, la música y la alegría llenaron el entorno fluvial al ritmo marcado por el grupo Unión Phenosa, encargado de animar una jornada cargada de energía y buen humor. Cada pandilla lucía con orgullo su seña de identidad: pañuelos de colores, camisetas con lemas divertidos, gafas estrafalarias o sombreros únicos.
No faltaron las míticas peñas de siempre como Os da Veira do Sil, Px, VHO+, Amigos de los Iris, Coirachos/Baratas y, por supuesto, Saldoira, el grupo que a finales de los 90 inició esta tradición bajando en barca por el Sil durante las fiestas del Cristo. Aunque hoy en día muchos de sus integrantes viven fuera del Barco, siguen marcando esta fecha en el calendario para reunirse cada septiembre.
A ellas se sumaron peñas de reciente creación, formadas por amigos y familias de O Barco y pueblos cercanos, con nombres tan originales como Vimos de Hawai, Eche o que hai, Estrelas da Praza, As Nenas da Praza, Cuchipanda, Los Magníficos, Os Gazela, Los Comilonas, Os de Rubiá, Los de los Saraos, Piolines, Esto es un Cristo, Panzapegos, La Tribu, Os Reencontrados, Los Fresquitos, Roblido o Impórtasme.
Más allá del colorido, la Fiesta de las Pandillas se ha convertido en un símbolo de reencuentro. El día previo al Cristo ya es conocido como ese momento del año en el que se reafirman amistades, se reviven anécdotas y se celebra la amistad de una comarca que no olvida sus raíces.
