Fue en marzo de hace 38 años cuando el doctor Josep Másferrer Serra comenzaba su carrera en el Hospital Comarcal de Valdeorras. Apasionado de su profesión, acabo convirtiéndose en el xefe de servicio de Medicina Interna del centro del que hoy se despide para dar paso a su jubilación.
Másferrer es natural de Cassá de la selva —Girona, 1954—. Se formó en su vocación que que ha desarrollado con pasión en Valdeorras, donde asegura que se ha sentido «muy querido y valorado». Mucho ha cambiado todo desde sus primeros días en el comarcal, cuando la planta de Medicina Interna estaba formada por 7 camas, ocupando ahora una tercera parte del total del centro. «Cuando llegué había poco más que las paredes».
No ha sido tarea fácil, pero sí apasionante. Cuenta Másferrer que la mayor parte de la plantilla era gente joven con ganas de trabajar y «entre todos pusimos en marcha un proyecto sanitario que era ilusionante y lo conseguimos». Asegura orgulloso que fue así como «pusimos a caminar un hospital que ha sido referente en la comarca durante y años. Y sigue siéndolo».
Por su consulta han pasado a lo largo de estos 38 años miles de valdeorreses que han hecho sentirse a este doctor «muy querido, valorado e integrado». Ahora, deja atrás su legado «y en ese sentido me siento muy satisfecho a nivel personal y profesional». Pero también un centro «en peor situación que hace años». Un problema que, como asegura, «se debe a la falta de personal. No porque me vaya yo, sino porque el Sergas y la Conselleira tienen que incentivar de verdad que la gente venga a los comarcales. Sino, el problema irá empeorando con el tiempo».
Un mensaje que también aplica a los que ahora se forman en medicina. «Se aprende mucho en un comarcal. El internista hace un poco de todo».
Hoy se despide para empezar sus vacaciones, que finalizan el próximo 28 de abril, momento en el que comienza su jubilación. Sus compañeros no han querido perder la oportunidad de hacerle un homenaje en agradecimiento a su labor. Destacan que «Dende eses comezos dun único internista con 7 camas ao seu e que durante 14 meses estivo de garda ininterrumpida ate hoxe moito ten cambiado o HCV. A primeira vez que se substitúe un permiso dun internista neste centro é para a súa propia boda. Lémbrase das probas de esforzo feitas nunha bici estática e cun desfibrilador nunha estantería. De ter só un fonendo, no ter determinacións analíticas de dímeros D nin de traballo, de ter electrocardiógrafos vellos enviados dende Ourense cando non lles servían.
«Non había laboratorio de urxencias pola tarde, nin ecografias....nin técnicos de raios de presenza física pola tarde....eran tempos distintos. Era un internista co seu fonendo. Empezou de cero e chegou a dirixir o servizo con máis potencia do HCV. Forma parte da historia do hospital con letra maiúscula. Cando deixe o HCV este ficará sen dirección ningunha en medicina interna e ou ben se sacan esas prazas ou ese servizo será dirixido dende Ourense.». Hoy, se han despedido a lo grande.
