viernes. 29.03.2024
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Público asistente al acto de presentación en el centro Santa Lucía de Vilamartín.

Había expectación y se notaba. Casi un centenar de personas se dieron cita en el centro Santa Lucía de Vilamartin de Valdeorras para conocer los resultados de las excavaciones que Sputnik Labrego está llevando a cabo en el Castelo de Valencia do Sil.

Las ponencias contaron con la presencia como presentador de Aurelio Blanco Trincado, presidente del Instituto de Estudios Valdeorrenses. Durante la primera conferencia se hizo un recorrido por los inicios de la excavación cuando, con el tutelaje universitario y el permiso de la Consejería, voluntarios excavadores adecentaron y recuperaron la zona. Un testigo que ha recogido Sputnik Labrego.

Ante un auditorio embelesado, el equipo de investigación expuso ayer algunos de los resultados obtenidos en estos años señalando que «la pandemia ha retrasado esta presentación oficial que queríamos hacer a los vecinos del Concello».

La primera gran incógnita que se desvelaba era la datación cronológica exacta del castro que se remonta a dos fases perfectamente diferenciadas. «La primera situada entre el siglo I A.N.E. hasta el siglo II D.N.E. coincidiendo con la entrada del imperio romano y la actividad minera. La segunda fase va del s. IV D.N.E. al siglo V. Más o menos hasta el 460». Correspondería a la época tardorromana.

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Mesa de ponentes en la presentación de los resultados de la investigación arqueológica.

Tal y como explicaba el director del proyecto Carlos Tejerizo, esta datación ha sido posible «gracias a la prueba de carbono aplicada en catorce muestras óseas de animales encontrados en el yacimiento». Además, «también se han apoyado en los análisis de polen hallados en el sustrato».

«En la primera etapa vemos más presencia de árboles que en la segunda fase del yacimiento. Por el contrario, hay una disminución de la masa arbórea de la zona y más presencia de arbusto. También encontramos polen de cereal».

Precisamente esta prueba científica que muestra la reducción de la masa forestal, junto a la presencia de desechos procedentes de la fundición de la metalurgia, dan la segunda conclusión del estudio presentado ayer en Vilamartín.

«El castro tardorromano de Valencia Do Sil fue un centro metalúrgico dedicado a la fabricación de piezas de hierro de alta calidad», tal y como se desprende del estudio de la escoria resultante de la fundición que ha sido analizada en laboratorio.

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Distintas generaciones de excavadores acompañados por el regidor el Concello, Enrique Álvarez.

En cuanto a la relación con otros enclaves castreños de la zona, la respuesta la dio José Fernández Pérez, «Pepe os das Pedras». En su exposición señaló la situación de los castros localizados en la comarca de Valdeorras hasta A Rúa. Castros que, tal y como mostró con diferentes fotografías, se comunican visualmente entre ellos. «El Castelo de Valencia de Do Sil no era una isla ni mucho menos».

La alta calidad en la fundición se explica, en palabras de Fernández, por «la presencia de hierro con un alto contenido en manganeso en la zona, lo que en sí forma una aleación natural para la fundición».

Durante la jornada de ayer, el equipo de Sputnik Labriego también mostró al público algunas de las piezas encontradas en la excavación entre las que destaca un vidrio y un brazalete labrado; que se suman a las monedas encontradas en el yacimiento y a diferentes ánforas y cerámicas.

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Pieza de vidrio labrado encontrado durante las catas de excavación en Valencia Do Sil.

«La presencia de estos objetos y la magnitud de la casa principal nos dice que, quien vivía aquí, era una persona con gran poder adquisitivo para la época», señalo Tejeiro. Además de esta casa, también hay otra construcción cercana y un nuevo muro que ha sido recientemente descubierto.

Como ya advirtieran al principio de la exposición, aún quedan preguntas en el aire. «¿Dónde enterraban a sus muertos? ¿Cuánta población albergaba el Castelo? ¿Con quién mantenían relaciones? o ¿Qué tipo de sociedad tenían?» Para algunas de estas cuestiones se está aplicando la llamada arqueología de género.

Puesta en valor

«Hasta ahora la prioridad ha sido conocer el sitio y analizarlo científicamente, ahora toca ponerlo en valor para toda la sociedad», afirmó Tejerizo.

Franciso Alonso, miembro de Sputnik Labrego, detalló algunas de las propuestas para poner en valor el lugar que pasarían por una «señalización de la zona, la realización de visitas guiadas y la inclusión de sistemas de digitalización que permitan a quien visite en solitario el yacimiento poder acceder a documentación actualizada sobre el mismo».

En un proyecto más ambicioso, también apuestan por la creación de un «centro de interpretación con actividades didácticas y obradoiros que pongan en valor la riqueza de la zona y los enclaves históricos cercanos». revalorizando toda la comarca.

Sputnik Labrego presentó los resultados de su investigación en Vilamartín