
Persiguieron sus sueños a orillas del Misisipi. Sus vidas fueron más grandes que el río. Este es el resumen de la novela recomendada por Isabel Gavela y Librería Praxis, "Lejos de Luisiana", de Luz Gabás.
Después de años de colonización, la familia Girard acepta la controvertida decisión de su país, Francia, de ceder a España en 1763 parte de las indómitas tierras del Misisipi; sin embargo, sufrirá las consecuencias de las rebeliones de sus compatriotas contra los españoles, la guerra de norteamericanos contra ingleses por la independencia de los Estados Unidos y la lucha desesperada de los nativos indios por la supervivencia de sus pueblos. En unos tiempos tan convulsos, Suzette Girard e Ishcate, indio de la tribu kaskaskia, librarán su propia batalla: preservar su amor de las amenazas del mundo que les ha tocado vivir. Todo ello conforma una novela cautivadora y monumental que atraviesa las cuatro décadas en las que España poseyó las legendarias tierras de Luisiana.
Tal vez, esta novela, con título “Lejos de Luisiana”, no se refiere tanto a estar lejos de un territorio físico, sino a estar lejos de la vida del otro, del ser amado, de la familia, aunque están porque vive en nuestra memoria todo el tiempo junto con esa gran cantidad de recuerdos que reclaman nuestra atención con cada paso que damos. Esto y hacer frente al paso del tiempo, a las dificultades, a la enfermedad, y pelear por cambiar ese destino, creo que es el centro de esta reflexión y el eje de esta novela.
Podría ser una epopeya de los protagonistas que viven un momento muy concreto de la historia de Estados Unidos, concretamente de Luisiana de finales del siglo XVII describe muy bien la vida en la frontera entre franceses (después españoles), ingleses y norteamericanos con los indios. El tráfico por el Misisipí y la historia de esa zona durante la guerra de independencia americana. Y en el centro de todo Suzette,la hija menor de los Girad, que cuida a Ishcate hijo del jefe de la tribu de los Kaskaskia, de una herida recibida.
Eso marcará su vida para el futuro. Independientemente de las convenciones del momento, en el que sería imposible un matrimonio de estas características, y a pesar del paso del tiempo, algo especial los unirá, el río. El le dice en un momento de la novela: “Tu y yo siempre. Mi rio. No puedo poseerte sino dejarte fluir, pero aun desde la distancia, regará siempre mi alma”.
Suzzete, recorrerá medio mundo de la mano de su segundo esposo, pero siempre recodando ese río.