
El debut de la historiadora y arqueóloga , Juliane Stadler como escritora, y menudo debut, casi 764 páginas en plena batalla por la reconquista de Acre en 1189. Una novela en la que la escritora nos lleva de una historia a otra hasta que ambas convergen en una sola.
Por un lado Etienne, el tercer hijo de Basile d´Arembour. Desde su nacimiento arrastra una malformación congénita en su pie que hace que cojeé. Esto lo marca como una desgracia para la familia. A causa de esto su padre lo maltrata y lo mantiene encerrado, hasta que Etienne decide huir. El destino le pondrá en manos de Caspar, un hábil cirujano, que le convertirá en su aprendiz.
Por otro lado Aveline (Ava o Avery) que también ha huido y se dirige a Jerusalén para hacer penitencia y ser absuelta de sus pecados. Se une a un grupo de monjes y peregrinos que también se dirigen a Jerusalén para participar en la cruzada que recuperará Tierra Santa.
Por una serie de infortunios Ava acabará vestida de hombre y convirtiéndose en Avery, un joven arquero de las huestes del conde Guillaume IV. Ahora tiene que mantener el engaño, ya que si la descubren su destino es la muerte.
Etienne y Caspar también acabarán integrándose en este ejercito, pero no para batallar, sino para intentar curar a todos aquellos que vayan cayendo heridos.
Y aquí se cruza la vida de ambos. Los capítulos se van a ir alternando, por un lado tendremos el punto de vista de Etienne y otros desde el de Aveline, dos de los protagonistas importantes de la historia.
Como en todo libro de ficción histórica que se precie, tenemos a unos protagonistas acostumbrados a la desgracia. Pero entre tanta desgracia, también hay buenos momentos, sobre todo desde que se cruzan sus vidas.
Al final de la novela hay una guía de personajes. En el epilogo el autor explica lo que históricamente está documentado y separa la ficción de la realidad. Seguramente es interesante empezar este libro por el final.