sábado. 20.04.2024

Son una pieza básica en la sanidad y a los que recurrimos

incluso antes de ir al médico. Son los farmacéuticos del rural

La cara amable que hay tras el mostrador cuando te

encuentras mal. Quien te recomienda cómo cuidarte y te recuerda cómo tomar los

medicamentos. Son los farmacéuticos,

los del barrio, los del pueblo, los que están siempre. Y ellos, debido a la crisis del COVID 19 siguen saliendo a

la calle, pertenecen a esa casta que ha surgido en nuestra población: los héroes.

«Paciencia y profesionalidad». Esas son las claves del éxito asegura Vicente Jairo Álvarez, farmacéutico en O Bolo y que defiende la importancia, no solo sanitaria sino también social, de las farmacias del rural. «Aquí han cerrado los centros de salud por lo que somos los primeros a los que se acude cuando alguien tiene dudas sobre síntomas o sobre una medicación», señala el también vicepresidente del Colegio de Farmacéuticos de Ourense y vocal del SEFAR, Sociedad Española de Farmacia Rural.  



Todos los profesionales de los despachos farmacéuticos coinciden en calificar la situación como precaria y destacan que tienen más trabajo que antes. «La población está nerviosa por la situación que estamos viviendo así que se viven momentos de estrés”, añade destacando que se han llegado a sentir abandonados por la administración ante la falta de medidas de seguridad. “Pediríamos un poco más de cariño a las administraciones, que reconozcan nuestra labor que está siendo espectacular», apunta Álvarez.

Con quien sí cuentan es con la colaboración de los concellos y de grupos como Protección Civil con quien se han articulado para que a ningún vecino le falte su medicación. «Ha crecido el número de pedidos por teléfono lo que ha hecho que también se multiplique el trabajo», destaca Vicente quien, desde que comenzó la cuarentena, trabaja hasta bien entrada la noche. «Tenemos que darlo todo».

Javier Rodicio, farmacéutico en Petín.

En la misma línea se pronuncia Javier Rodicio, farmacéutico en Petín. «Yo creo que cada vez estamos más reconocidos y somos el primer sanitario a donde acude el paciente, somos una pieza básica y hacemos una labor de la cual me siento muy orgulloso», relata mientras añade por ejemplo el gran número de preguntas que recibe, diariamente, sobre el coronavirus.



Gloria Martínez Fernández, de la farmacia barquense Fernández Martínez, ubicada en la Avenida Marcelino Suárez, se ha mostrado contrariada con las afirmaciones realizadas el pasado lunes por Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Emergencias y Alertas Sanitarias. Simón ha comparado el papel sanitario de los farmacéuticos con la labor que de las cajas de los centros de alimentación, para no priorizar a las farmacias en el envío de material de protección. La farmacéutica destacó que se debe valorar de forma justa el papel que están desempeñando los farmacéuticos en esta crisis sanitaria y reforzar la protección de las oficinas de farmacia.

Fachada de la farmacia Fernández Martínez en O Barco

Subraya que la diferencia radica en que, en numerosas ocasiones, las farmacias atienden a pacientes con síntomas que acuden en busca de consejo sanitario o asumen el riesgo de llevar la medicación a personas que viven solas. «Viene gente de todo tipo y si nosotros entramos en cuarentena ¿quién dispensa las medicinas?», se pregunta la profesional.

Gloria, al igual que sus colegas, reconoce que los productos más demandados son mascarillas, guantes y termómetros. «Hay que saber utilizar las mascarillas. Una semana entera no vale al igual que los guantes que tras una tarea deben desecharse ya que de lo contrario se multiplica la contaminación», explica Vicente.



Esta misma afirmación comparte el farmacéutico petinés que declara que otros de los productos más solicitados son el gel hidroalcohólico y paracetamol. «Ha habido un pequeño desabastecimiento de paracetamol pero ahora ya hay. No así el gel o las mascarillas», detalla Javier Rodicio. «Ha sido una locura. En Internet se publicó como hacer gel casero y se acabó hasta la glicerina y el líquido de lentillas», destaca y recuerda que todo su stock se debe trasladar a Sanidad en caso de que sea necesario para la atención en hospitales. «Al principio ocurrió como en los supermercados. Las personas querían hacer acopio», relata.

La distancia de seguridad queda marcada por cintas de peligro

Los farmacéuticos recuerdan, además, que las recetas se han renovado para los pacientes con medicación para enfermedades crónicas. Simplemente, llamando a la farmacia y dando el número de la tarjeta sanitaria, los profesionales les otorgan su medicación. «Yo acabo de preparar un pedido para llevar a Freixido. Llamo a Protección Civil y ellos le suben la medicación a una persona que no puede salir», detalló Javier.

Subrayan los farmacéuticos que las medidas de seguridad han corrido por su cuenta, siguiendo las indicaciones del colegio de farmacéuticos, pero que ha sido una inversión necesaria. «Comenzamos poniendo un cartel para que no hubiera más de dos clientes pero después puse unas marcas en el suelo para que estuvieran distanciados. Además, estamos colocando unas mamparas de metacrilato para que estemos protegidos», destaca el farmacéutico petinés recordando que ellos, aunque den el servicio, deben tratar de protegerse para también proteger a su familia.

Aseguran los profesionales que este suceso nos va a cambiar como sociedad. «No se va a olvidar tan fácilmente. El peligro de contagio va a seguir así y no se va a olvidar tan fácil», concluye el farmacéutico de Petín. Lo que sí es seguro es que ellos seguirán estando al otro lado del mostrador dispensando nuestros medicamentos y dándonos recomendaciones sanitarias y de tranquilidad.

Desde ayer, en Petín se despacha por la ventanilla

Farmacéuticos: «Pedimos a las administraciones un poco de cariño»