
La lejía y el agua oxigenada son los remedios que necesitamos para tener nuestro hogar desinfectado
Vivimos una situación extraordinaria. Un momento en el que debemos extremar las medidas de higiene propias para luchar contra el coronavirus. Los concellos de la zona desinfectan periódicamente las calles, pero, ¿y nuestra casa? Pasamos muchas horas cumpliendo la cuarentena, pero algunos todavía deben salir a trabajar o a hacer la compra. Por eso es importante tener desinfectado nuestro hogar.
Para ello tenemos varias opciones. Podemos acudir a profesionales como la empresa Sergal, o paliar la situación con “remedios caseros”. Para esto último, solo necesitamos un producto que seguro que casi todos tenemos en nuestro hogar, la lejía. «Estos cloros son de fácil acceso. Es un producto que tiene un alto poder desinfectante», explica José Antonio Quiroga, gerente de Sergal. Actúa por oxidación, por lo que mata la bacteria o virus. Pero eso sí, tiene un desventaja, y es que reacciona si tenemos materia orgánica o algún metal.
Por otro lado está el agua oxigenada. También tiene un alto poder desinfectante y como ventaja, no oxida ni es agresivo contra los metales. Ambos podemos adquirirlos en cualquier supermercado de nuestra zona.
En el caso de que acudamos a los profesionales, estos cuentan con varias opciones. «Tenemos dos vías, una química y otra que no lo es. Por ejemplo, los generadores de ozono, purifican el ambiente, pero no los objetos». Con estos, la ventaja es que tras 3 o 4 minutos de ventilación, podemos acceder al hogar. En el caso de los productos químicos, se necesitan entre 3 y 12 horas, dependiendo de la sustancia utilizada.
«Nosotros, como empresa de desinfección, entendemos que somo un frente de contención real». En estos momentos desde SERGAL solo realizan trabajos de urgencia, a pesar de que ya ha mejorado la cantidad de stock. «Tiene prioridad aquel cliente que pueda tener un caso real de coronavirus. En este caso sería una actuación curativa, intentando evitar más contagios». Otros grupo son hospitales, residencias de ancianos o colegios. «Y a partir de ahí, atendemos por riguroso orden de llamada».