sábado. 14.06.2025

Excelencia con nombre propio

Hablamos con los cuatro alumnos que han obtenido la calificación de Excelencia en las pruebas de la PAU 2025
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Excelencia con nombre propio

Noa Fernández tiene el verano lleno de planes: interrail con amigas, escapadas con amigos, un viaje con sus padres… Tras meses de estudio intenso, siente que se lo ha ganado. Estudia en el IES Cosme López de A Rúa, donde todos los alumnos aprobaron la PAU, y sus números hablan por sí solos: 13,048 de nota final y un 9,78 de media en Bachillerato. Matrícula de honor y plaza asegurada para estudiar Medicina en Santiago. «En la vida había estudiado tanto. Este curso fue para darlo todo», confiesa.

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Noa Fernández, IES Cosme López, A Rúa

Como ella, otros tres alumnos de Valdeorras han logrado la excelencia en la PAU celebrada el pasado 3 de junio. Y una alumna más del IES Lauro Olmo está a la espera de una reclamación que podría darle la décima que le falta para sumarse al grupo. Historias distintas, unidas por la constancia, el sacrificio y unas notas sobresalientes.

En el IES Martaguisela de O Barco, Ana Ruiz Arias es una de esas alumnas que dejan huella: tres 10 en la PAU, (en las dos disciplinas de matemáticas y en inglés) un 9,15 en la fase general, 13,66 de media (13,31 la ponderada) y un 10 de media en Bachillerato, que le ha valido también la matrícula de honor. Nos atiende desde el coche, recién comenzadas sus vacaciones, con la tranquilidad de quien ya tiene plaza en Farmacia, en la Universidade de Santiago. «Esta nota no es solo del último año. Es fruto del esfuerzo acumulado desde primaria», explica. Primero en el colegio Divina Pastora y después en el Martaguisela, donde agradece el acompañamiento constante de su profesorado.

Ana ha sabido compaginar el estudio con el deporte, que ha sido su vía de escape. «Antes jugaba al baloncesto, ahora voy al gimnasio. Me ayuda a desconectar y a rendir mejor». Cree que la clave está en la organización y en mantener la calma: «Es importante llevar las cosas al día, pero también saber gestionar el estrés. Los nervios pueden jugar malas pasadas».

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Ana Ruíz, IES Martaguisela, O Barco

En el IES Carlos Casares de Viana do Bolo, Nerea Rodríguez ha sido la única en alcanzar la excelencia. Ha conseguido un 13,014 en la PAU y un 9,95 de media en Bachillerato, también con matrícula de honor. Quiere estudiar Medicina en Santiago, una opción que ahora ve al alcance gracias a su esfuerzo. «Este último año fue muy duro. Terminé las clases y al día siguiente ya estaba estudiando. Pero ahora, viendo la nota, siento que ha merecido la pena». Nerea también destaca la importancia de mantener cierto equilibrio: «No se puede estudiar 24/7. Me obligaba a desconectar. Una caminata, un rato con amigos… hace falta aire para rendir mejor». En Biología, sacó un 9,25.

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Nerea Rodríguez, IES Carlos Casares de Viana do Bolo

La asignatura de Biología ha sido, precisamente, uno de los puntos más cuestionados en esta convocatoria. Muchos alumnos coincidieron en señalar que una de las preguntas —sobre la clorofila— no se ajustaba al temario y podía condicionar la elección de opción. Noa, que obtuvo un 9,5 en este examen, recuerda: «Salí contenta, pero luego empecé a escuchar que a casi todos les había ido mal. Me preocupé. Pensé que igual me había equivocado». Ana, con un 7,75, reconoce que no fue su mejor prueba, aunque no lo atribuye a una pregunta concreta: «Fue complicado en general». Nerea lo vivió con tensión, pero aplicó el razonamiento: «Nos habían preparado para ese enfoque. Eso ayudó mucho».

El cuarto alumno excelente de este año es Diego Nogueiras Pérez, también del IES Martaguisela. Con un 9,89 de media en Bachillerato y una nota de 12,065 en la PAU, logró el reconocimiento a la excelencia. Sin embargo, no ha alcanzado la nota de corte para acceder a Medicina en Santiago (12,612), la carrera con la que sueña desde los seis años.

Diego describe este año como especialmente duro por el cambio repentino en el modelo de examen. Considera que su generación ha asumido ese giro sin margen de preparación suficiente, y lamenta las diferencias de nivel entre comunidades, que en su opinión hacen más difícil competir en igualdad de condiciones. También muestra su desacuerdo con el sistema de corrección, que —cree— ha penalizado a muchos estudiantes: «Salimos con buenas sensaciones, especialmente en Química, y después vimos cómo las notas no reflejaban nuestro trabajo».

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Diego Nogueiras Pérez, Martaguisela, O Barco

Ahora, con resignación pero sin rendirse, sopesa otras opciones: estudiar en una universidad privada o cursar otro grado y volver a intentarlo. A pesar del sabor agridulce, no pierde la perspectiva ni la gratitud: «Agradezco profundamente a todos mis profesores. Se han volcado en ayudarnos. Solo espero que quienes toman decisiones entiendan lo que está en juego para quienes llevamos años esforzándonos por alcanzar un sueño».

En el conjunto de la comarca, los resultados han sido muy positivos. El IES Cosme López de A Rúa y el IES Xermán Ancochea Quevedo de Trives lograron un 100 % de aprobados. En el IES Martaguisela, donde se presentó el mayor número de alumnos, el 97 % superó la prueba. En el IES Carlos Casares de Viana, aprobaron 11 de los 13 estudiantes (85 %), y en el colegio Pablo VI de A Rúa, 5 de los 6 (98 %). En Quiroga, cuyos alumnos también se examinan en A Rúa, aprobaron 9 de 11 (82 %).

En el IES Lauro Olmo de O Barco, el 90 % del alumnado ha aprobado, y una estudiante está a la espera de una revisión que podría darle la décima necesaria para entrar en el grupo de excelencia.

Para los que se preparan ahora para afrontar Bachillerato o la PAU, estos alumnos ofrecen consejos basados en la experiencia: «Organización, constancia y equilibrio», resume Nerea. Ana insiste en no dejarse arrastrar por la presión y aprender a cuidarse mentalmente. Noa subraya la importancia de la media de Bachillerato: «Es el 60 % de la nota final. Hay que trabajar bien todo el curso, no solo el examen».

Entre mudanzas, matrículas y veranos más que merecidos, estos cuatro —y posiblemente cinco— alumnos excelentes de Valdeorras han demostrado que la excelencia no es un golpe de suerte. Se construye día a día, con hábitos, con renuncias y con confianza.

Excelencia con nombre propio