Durante el año 2022, en Galicia han ardido un total de 51.643 hectáreas, de ellas un 25% pertenecían a la comarca de Valdeorras. Así se desprende del informe de la consellería de Medio Rural que ha hecho balance de la temporada alta de riesgo de incendios, concluida a finales del mes de octubre.
Además, durante la temporada de incendios se desolaron a 900 personas de sus casas, de ellas 500 pertenecían a la comarca de Valdeorras en 20 núcleos de Valdeorras.
Desde comienzos de año hasta el 31 de octubre, la Administración autonómica ha tenido constancia de 1.609 incendios, de los cuales, el 82% (1.313) se quedaron en conato al afectar a menos de una hectárea. De los 296 restantes, 76 fuegos superaron las 20 hectáreas. Además, durante este verano fue necesario activar en 26 ocasiones la situación de alerta por riesgo de las llamas a núcleos habitados, una cifra que, como ha resaltado González, es muy superior a la media de la última a la media de la última década (seis veces al año).
Todo ello, como ha incidido el conselleiro, en un verano marcado por la anomalía meteorología, con temperaturas por encima de lo normal y en un contexto de sequía, a lo que hay que sumar las tormentas que en el mes de julio desataron parte de los incendios más graves de la temporada.
El responsable de Medio Rural también ha avanzado que a partir del próximo año "dos tercios" de los miembros del dispositivo anti incendios pasarán a trabajar 12 meses al año. De cara a 2023 también está prevista la creación de otras tres brigadas helitransportadas, al tiempo que la Consellería do Medio Rural creará un nuevo grupo de trabajo para analizar la tipología de los incendios forestales "más virulentos". En cuanto a las medidas adoptadas para hacer frente a las consecuencias de los incendios en las zonas más afectadas, el conselleiro ha apuntado los 4 millones de euros para la reposición de explotaciones forestales, agrícolas y ganaderas.