sábado. 20.04.2024

El Teixadal guarda tejos milenarios en una propuesta de ruta de cuento

En Carballeda de Valdeorras, aunque existen un gran número de rutas de senderismo, el recorrido por excelencia es el que nos lleva al Teixadal de Casaio. Ese lugar mágico e histórico donde se une la leyenda de la magia, la tradición que se ha guardado, así como la historia del wolfram, del estraperlo, de los huidos y de la guerrilla.

Lo cierto es que el Teixadal del Casaio es un lugar único en Europa. Un portal que permite viajar cientos de miles de años atrás, al bosque más antiguo de Galicia situado en el Macizo de Peña Trevinca y generado de forma espontánea en el Terciario (hace más de 400.000 años).

Imágenes del Teixadal

El Teixadal está inscrito dentro del catálogo de Formaciones y Árboles Singulares de Galicia como uno de los bosques de tejos más importantes de la comunidad gallega y uno de los más sobresalientes del territorio español, conservado, quizás, por lo abrupto de la zona y la dificultad para llegar a él.

El Teixadal ocupa la vertiente norte de la cadena montañosa de más altura de Galicia y está protegido por una ladera sobre la que planean cotas superiores a los dos mil metros ocupando una superficie de 2 hectáreas. Aunque los tejos (408 de más de 400 años) dominan el paisaje, no solo de ellos se nutre el Teixadal, sino que conviven con serbales, acebos, fresnos, avellanos y robles.



La ruta parte desde la capilla de San Gil (tras pasar Sobradelo, girar a la derecha rumbo a Casaio y de allí a San Gil). Desde allí hay que continuar hacia las abandonadas Minas de Valborraz, partiendo de las canteras y subiendo hacia el alto de la Cabrita. Es muy recomendable que el caminante se fije en las indicaciones pintadas, así como en los hitos de piedras puesto que hay numerosas bifurcaciones propias del trabajo de la cantera.

Imágenes del Teixadal

Así se llega a un desvio. Hacía la izquierda se ubican las minas de Valborraz mientras que la ruta al Teixadal debe seguir por la derecha. El sendero continúa prácticamente sin desvíos y los que hay están indicados con hitos y marcas en las piedras. Eso sí, el caminante no debe perder vista de estas señales del camino que le llevarán, sin contratiempos hasta el bosque. Así se llega a una triple bifurcación donde se señala la antigua ermita de San Xil, el bosque del Teixadal o las minas de Valborraz. Siguiendo por el camino hacia el Teixadal llega el caminante a la boca mina de wolframio. La entrada, sustentada por pilares de hierro, suele estar anegada de agua.

Es ese lugar hay que retroceder unos metros para ascender, ligeramente, por un camino de piedras. El camino desde ahí al Teixadal es corto pero muy estrecho y con un fuerte terraplén a la derecha. Así se cruza una preciosa cascada que viene desde La Cabrita.  Después se cruzan varios regatos por un sendero definido. Los hitos guían así la entrada al Teixadal. Es recomendable recorrer el bosque, aunque con cuidado debido a que es fácil perderse.

Imágenes del Teixadal

Esta no es la única ruta que se puede seguir para llegar al Teixadal. También desde Fonte da Cova, cogiendo una ruta a la derecha y desde los pies de otra cantera, el camino lleva al senderista al Teixadal. Una ruta más dura, con mayores desniveles en el camino. Cualquiera de las dos son una buena excusa para visitar esta joya que se esconde en Valdeorras.


Tejos milenarios en el camino de la historia