viernes. 19.04.2024
Iglesia y puente de Xares, A Veiga

El BNG llevó este asunto al Parlamento y acordó la imposición de sanciones en el caso de que esta actuación en tres núcleos de A Veiga no cumpla la normativa

El pasado mes de agosto del 2020 daba comienzo la construcción de los puentes del río Xares, una construcción con las que el BNG ya mostraba su desacuerdo meses después, en diciembre, ya que aseguraba que se trata de una estructura que se encuentra en una zona de protección integral. Un tema que ahora ha llevado al Parlamento, alcanzado un acuerdo para instar a la Xunta a adoptar las medidas pertinentes para que las actuaciones de acondicionamiento que afectan al pueblo homónimo, Ponte y Baños —concello de A Veiga—, se ajusten a la legislación vigente en materia patrimonial y ambiental y, en caso de lo contrario, imponer las sanciones pertinentes.



En la defensa de la proposición no de ley nacionalista, la diputada María Albert advirtió que un proyecto que «debía servir para reacondicionar y mejorar los pontones y puentes tradicionales preexistentes se convirtió en la práctica en un megaproyecto que sustituía estos pasos por puentes de hormigón que, en el caso específico de Xares, multiplica por 10 el tamaño del paso inicial y afecta a directamente a varios elementos patrimoniales».

Albert recalcó que, según se autorizó «sorprendentemente» en el estudio de evaluación ambiental, se decidió que lo menos lesivo era sustituir pequeños pontones de madera por grandes infraestructuras en hormigón lo que, según denunció, «trajo como consecuencia cuatro obras que afectan a distintos elementos patrimoniales, hasta un total de 10, incluyendo edificios religiosos, núcleos de interés etnográfico, elementos arqueológicos, castros, mámoas y hasta rectorales».



Después de apuntar al yacimiento arqueológico de la Eirexa como el más afectado, recordó que los núcleos afectados están incluidos dentro del catálogo de la Red Natura, «lo que invitaría a ser lo más cautelosos y rigurosos posible en un proyecto de esta envergadura y de este impacto».

La diputada nacionalista recriminó que «tras de la renuncia de la empresa adjudicataria a la ejecución de las obras por la imposibilidad técnica del proyecto y la consiguiente elaboración de un nuevo proyecto modificado», las obras, asegura, continúen paradas a día de hoy ya que, entre otras cosas, quedó desierto el concurso convocado para la asistencia técnica de control de los trabajos en el Xares.

En este sentido, cuestionó la necesidad de unas obras de esta envergadura «cuando existían alternativas aprovechables y adaptadas al terreno, así como una inversión de más de 300.000 euros en los que se valora el proyecto adaptado en una obra innecesaria».

Albert hizo también especial hincapié en el coste patrimonial y ambiental: «hay que poner uno algo de sentido común», reprochó, para a continuación concluir que «esta obra supone, supuso ya, aún en las circunstancias en las que se encuentra, un daño a nuestro patrimonio arqueológico y patrimonial inasumible».

Las obras de los márgenes del Xares deberán respetar la legislación ambiental y...