El alcalde, Juan Anta, está contactando con todos los vecinos para conocer su situación durante esta cuarentena
Fue el primer municipio de la comarca de Valdeorras donde se detecto un caso positivo de coronavirus. Pero, muchos días antes de esto, en A Veiga ya se habían puesto manos a la obra para intentar minimizar los daños de esta enfermedad. Desinfecciones, cierres de espacios público, cuarentena y también un teléfono de ayuda son algunas de las medidas tomadas.
Desde el lunes 16 de marzo se comenzaron a desinfectar aquellos establecimientos públicos por los que más gente transita, como farmacias, supermercados, panaderías o el concello, que aunque tiene servicios mínimos, también recibe algún vecino; así como las calles más concurridas. «Desde hace 4 ó 5 días, empezamos a fumigar también en los pueblos. Este viernes o sábado terminaremos esta labor».
En los locales públicos las desinfecciones corren a cargo de trabajadores del concello cada segundo día, mientras que las de los pueblos las está realizando «una empresa que se mostró voluntaria para ayudarnos», explica Juan Anta, alcalde.
Teléfono de ayudas
Desde que comenzó la cuarentena el concello habilitó un teléfono para ayudar a aquellos considerados grupo de riesgo y que no deben salir a la calle para comprar medicinas y alimentos. «Hemos recibido muchas llamadas. Hoy visité 8 pueblos y mañana, otros tanto. Seguiremos haciéndolo mientras dure el estado de alarma».
Pero además el alcalde está llamando a todos los vecinos y vecinas del concello para hablar con ellos y conocer su situación. «Creo que es muy importante la comida y los alimentos, pero también que la gente se sienta acompañada, que hable, que esté tranquila y que sepan que estamos para lo que necesiten. El estado de alarma será diferente así que si no se siente acompañada», confiesa Anta.
Además, confiesa que los habitantes de A Veiga están cumpliendo con esta cuarentena, «salvo raras excepciones» y de forma más estricta aquellas familias que tuvieron contacto con el caso positivo. «Ya desinfectamos los pueblos en los que estuvieron. Solo nos queda uno que se hará mañana».
