En el «maravilloso» valle de Valdeorras, donde el río Sil se ensancha formando el embalse de San Martiño, se refleja la localidad de A Rúa, un lugar cargado de historia para «Os Corrolos». Es en este enclave donde, desde hace una década, la familia se reúne anualmente para celebrar su "Xuntanza", un encuentro que simboliza la unión y el orgullo por sus raíces gallegas.
Este año, la décima edición de la Xuntanza, al igual que las nueve anteriores, tuvo lugar en la bodega Alan de Val que ofrece unas vistas inmejorables del valle y está situada muy cerquita de donde sus antepasados se asentaron.
Lucieron camisetas granates con la inscripción "X Xuntanza Corrolos", destacando la importancia de este aniversario. David, uno de los cuatro promotores de este encuentro, compartió: «Llevamos 10 años realizando la xuntanza. La idea surgió para mantener el contacto y que no se pierdan nuestros lazos familiares».
La iniciativa nació con el propósito de reunir a los descendientes de Dolores, Manuel, Marisa y Pepe "O Neno", hijos de Alfonso y Argentina, originarios de O Barrio, en A Rúa Vella. Anabel, residente en A Rúa, fue la impulsora de la primera celebración, eligiendo la bodega Alan de Val como punto de encuentro debido a su cercanía al lugar de origen de la familia y por ofrecer un ambiente propicio para la reunión.
Cada primer fin de semana de marzo, familiares provenientes de diversos lugares como Barcelona, Sabadell, Andorra y Madrid se congregan en A Rúa. Carlos, otro de los asistentes, expresó su orgullo por alcanzar el décimo aniversario de la reunión: «Se lo cuento a todos mis amigos, no conozco a nadie que lo haga, estoy muy orgulloso». La Xuntanza ha crecido con los años, incorporando a nietos y biznietos de los primeros Corrolos, garantizando así la continuidad de la tradición.
Durante el encuentro, los parientes disfrutan de la gastronomía local y, por supuesto, del vino de la región. David destaca: «Quien quiera venir a conocer esta tierra es un gusto, un placer, un orgullo y es precioso este valle». Carlos añade: «Y no hay que olvidar de probar el oro líquido», refiriéndose al vino de Valdeorras.
La elección de la bodega Alan de Val no es casualidad. Además de su excelente vino, ofrece una vista privilegiada del valle y de O Barrio, el lugar que vio nacer al bisabuelo de todos ellos. Esta conexión con sus orígenes es fundamental para la familia, que busca mantener vivas las historias y recuerdos de sus antepasados.
La Xuntanza de Os Corrolos es más que una simple reunión familiar; es una celebración de la vida, de las raíces compartidas y del amor por una tierra que sigue siendo el nexo de unión entre generaciones. Es un recordatorio de la importancia de la familia y de cómo, a pesar de la distancia y el paso del tiempo, los lazos familiares pueden mantenerse fuertes y vivos.
En un mundo cada vez más globalizado, donde las familias a menudo se dispersan por diferentes lugares, iniciativas como la de Os Corrolos destacan la relevancia de mantener vivas las tradiciones y conexiones familiares. Su Xuntanza anual es un ejemplo inspirador de cómo el amor por la familia y la tierra puede perdurar a lo largo del tiempo, fortaleciendo identidades y creando recuerdos imborrables para las futuras generaciones.
La décima Xuntanza de Os Corrolos en la bodega Alan de Val no solo celebró una década de encuentros, sino que también reafirmó el compromiso de la familia con sus raíces y entre sí, demostrando que, cuando se trata de familia, la distancia es solo una cuestión geográfica y que el verdadero hogar siempre estará donde estén los seres queridos.
