domingo. 15.06.2025

Raquel Garcia, logopeda: «Nunca es tarde para aprender»

Cada vez más adultos acuden a la consulta de logopedia para  frenar el deterioro propio de la edad, solucionar problemas sin resolver desde la infancia o por lesiones o enfermedades como el Parkinson o la esclerosis múltiple
SomosComarca_20250228_clinicaponferrada_raquellogopeda386
Raquel Garcia, logopeda: «Nunca es tarde para aprender»

Dificultades en la pronunciación, pérdida de memoria, problemas para tragar o alteraciones en la voz. Estos síntomas, que a menudo se asocian con el envejecimiento o con enfermedades neurodegenerativas, pueden tratarse con la ayuda de un logopeda. Aunque muchos aún piensan que la logopedia es cosa de niños, cada vez más adultos acuden a consulta para mantener sus habilidades comunicativas y mejorar su calidad de vida.

Raquel García, logopeda y pedagoga de la Clínica Ponferrada, trabaja con pacientes de todas las edades, desde bebés hasta personas mayores. Pero, como ella misma reconoce, los adultos son un grupo cada vez más numeroso en su consulta: «Hay quienes quieren frenar el deterioro propio de la edad, otros arrastran problemas sin resolver desde la infancia, y también hay quienes acuden por lesiones o enfermedades como el Parkinson o la esclerosis múltiple».

Envejecer implica cambios físicos y cognitivos inevitables: disminuye la masa muscular, se pierde coordinación, fallan los sentidos y la memoria. Para Raquel, es clave actuar antes de que el deterioro avance: «Soy más partidaria de poner la tirita antes que tener la herida. Igual que hacemos ejercicio físico para cuidar el cuerpo, podemos entrenar el lenguaje, la memoria y otras capacidades desde los 40 o 50 años».

También hay adultos que deciden enfrentarse por fin a dificultades no resueltas en su infancia. «Muchos vienen porque nunca aprendieron a pronunciar bien la “r” o la “s”», explica la especialista. Y es que, como asegura, «nunca es tarde para aprender». Además, son frecuentes los casos de personas con problemas de voz derivados del mal uso continuado, como nódulos o pólipos.

Un apartado especialmente delicado es el de los pacientes que han sufrido un ictus u otro daño cerebral. En estos casos, muchas veces hay que empezar de cero. «El lenguaje es supervivencia, igual que la alimentación. Hay que trabajar ambas desde el primer momento», señala Raquel. Las terapias buscan ralentizar el deterioro, pero también preparar al paciente y su entorno para los cambios que puedan llegar.

La implicación de la familia es, de hecho, imprescindible: «Yo no trabajo con adultos si la familia no se implica. No sirve de nada venir a consulta una o dos veces por semana si luego en casa no se aplican los ejercicios. Es como ir al gimnasio una sola vez y esperar resultados», ejemplifica.

El desconocimiento aún persiste, especialmente entre quienes asocian la logopedia exclusivamente con la infancia. «Muchos se sorprenden cuando el neurólogo les deriva al logopeda. Pero hay muchísimas personas adultas que pueden beneficiarse de esta atención», afirma.

Por eso, Raquel lanza un mensaje claro a quienes dudan sobre si este tipo de intervención puede ayudar a un familiar: «Que contacten con nosotros. Estaremos encantados de explicarles en qué podemos ayudarles. A veces, una pequeña intervención marca una gran diferencia».

Puedes escuchar aquí la entrevista completa

Raquel Garcia, logopeda: «Nunca es tarde para aprender»