
La comarca de Valdeorras ha vuelto a vivir una noche complicada por los incendios forestales. El fuego originado en Larouco el pasado miércoles continúa sin control y ha calcinado ya unas 2.000 hectáreas, según la Consellería de Medio Rural.
El Hospital de O Barco ha atendido a cinco personas heridas, que llegaron por sus propios medios tras verse afectadas por los incendios, según los datos facilitados por el 061, aunque sin facilitar información sobre los motivos exactos.
En A Rúa, el Concello informaba a primera hora de la mañana que los focos parecían inactivos, aunque podrían reactivarse a lo largo del día. La alcaldesa, María González Albert, apelaba a la responsabilidad ciudadana para evitar la difusión de información falsa que pueda generar mayor tensión por lo que recomiendan acudir solo a los canales oficiales. Pedía también un consumo responsable de agua, un recurso imprescindible en estos momentos para combatir el fuego en las zonas de monte.
Desde el Concello anunciaron la suspensión del servicio de recogida de basura, por lo que solicitan a los vecinos que generen la menor cantidad posible y que no saquen bolsas a los contenedores, ya que con las altas temperaturas pueden provocar problemas. De momento no hay fecha para la recuperación de este servicio, interrumpido en gran parte de la comarca. Mientras tanto, el humo sigue afectando a la calidad del aire y los vecinos de San Xulián permanecen confinados de manera preventiva.
La situación más grave se mantiene en Petín, donde permanecen confinados los habitantes de Petín, Barxela y O Porto. En Vilamartín, el Concello lanzó un llamamiento para conseguir mascarillas debido a la mala calidad del aire; la respuesta de los vecinos fue inmediata y pocos minutos después agradecían las donaciones recibidas. Minutos después informaba de que los vientos cambiantes pueden afectar a las parroquias de Cernego, San Vicente, Robledo, Santiago, Correxais, Valencia y San Miguel. De
En O Bolo, el incendio de O Seixo mantiene en vilo a la población. El alcalde, Miguel Ángel García, y los efectivos municipales pasaron la noche vigilando el avance de las llamas y reclaman más medios tras dos jornadas de trabajo ininterrumpido. Por su parte, en O Barco, el Concello ha activado un operativo de vigilancia en la Casa Grande de Viloira ante el riesgo de que el fuego procedente de Mones salte al municipio.
En estos momentos, trabajan en este incendio 10 técnicos, 36 agentes 55 brigadas, 40 motobombas, 6 palas, 8 helicópteros e 2 aviones, Además se han movilizado efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME).
También se ha desplazado personal de empresas de la pizarra que han aportado sus medios y máquinas para limpiar caminos y crear cortafuegos, respondiendo a la llamada de la alcaldesa de Carballeda, María del Carmen González.
La situación en el resto de la provincia es igualmente crítica. Ourense permanece en Situación 2, lo que permite una mayor movilización de recursos, incluida la Unidad Militar de Emergencias (UME). El incendio más grave es el que une los focos de Chandrexa de Queixa, Vilariño de Conso y Montederramo, con más de 16.000 hectáreas afectadas. También permanecen activos los fuegos de Oímbra-A Granxa (10.500 ha), A Mezquita-A Esculqueira (9.000 ha, con extensión a Viana do Bolo, A Gudiña y parte de Zamora) y Maceda (3.000 ha).
A estos se suman los incendios de Vilardevós, con varios frentes en Vilar de Cervos (700 ha), Moialde (500 ha) y Fumaces-A Trepa (100 ha), además de los de Carballeda de Avia, con 200 hectáreas en Vilar de Condes y 20 en Carballeda. En total, 68 personas permanecen confinadas en distintos núcleos de la provincia.
En el conjunto de Galicia se contabilizan una docena de incendios activos, la mayoría en Ourense pero también en Agolada (Pontevedra) y Muxía (A Coruña). Otros fuegos, como los de Toques (A Coruña, 300 ha), Montederramo-Paredes (Ourense, 120 ha) y Dozón-O Castro (Pontevedra, 400 ha), se encuentran estabilizados. También permanecen controlados los de A Fonsagrada (Lugo, 150 ha), Verín-Mourazos (Ourense, 9 ha) y A Estrada-Souto (Pontevedra, 20 ha). El de Ourense-Seixalbo, con 107 hectáreas afectadas, ya ha sido extinguido