
El regidor pide solidaridad a todos los vecinos tras el aumento de casos en la localidad para evitar medidas más restrictivas
El Concello da Rúa tiene actualmente 22 casos positivos de COVID-19 entre su población, su alcalde Álvaro Fernández, confirmó que la curva está estancada, e incluso comenzando a bajar, quedando todo controlado pero pidiendo solidaridad a los vecinos. Hacer una vida normal pero cumpliendo las normas de seguridad para que no se vaya de control el virus es lo que reclama el regidor «en otros municipios las medidas son mas duras y no nos vendrían bien a nadie» recordando que el siguiente paso podría ser la prohibición de reuniones con no convivientes o el cierre de la hostelería.
«No podemos obligar a ciertos negocios a unas malas prácticas por parte de unos comerciantes o personas a seguir yendo hacia el declive, no tiene sentido» subrayó Fernández, recordando que ya hubo un municipio afectado por las medidas de la Xunta de Galicia como fue O Barco, que si bien surtieron efecto, afectó a los negocios y a la vida en general.
Respecto a las obras que se están a realizar en la localidad, Álvaro Fernández recuerda la subvención de la Deputación de Ourense para la construcción del vial de acceso al futuro nuevo centro de salud, confirmando que cuanto antes se licitarán las obras, y esperando a su vez que el edificio se construya a la par que las infraestructuras externas.
Así mismo ya se encuentra adjudicada una subvención para reformar la Rúa Mazaira que da acceso al Colegio Pablo VI, actualmente este vial es angosto, por lo que harán más ancha la calle y construirán aceras para permitir el tráfico de viandantes, y eliminar así los problemas que se sufren actualmente en la zona.
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