
A Festas das Covas de Vilamartín reúne cada año a más de 4.000 personas, se celebrará el sábado 5 de agosto, a partir de las 20:30 horas. Previamente, el viernes, día 4, tendrá lugar el pregón de Sara Fernández, que estuvo en los estudios de Onda Cero Valdeorras, dónde desveló que aún no tiene listo el discurso, pero sí que sabe en qué línea quiere que vaya.
Fernández dijo que su idea inicial es «hablar de lo que significan las cuevas para el pueblo» al mismo tiempo que señaló que ella recuerda «con mucha alegría el pregón que hizo Silvia Rodríguez —primera mujer que leyó el pregón en A Festa das Covas— el año pasado, también me gustó el de Rafael López o el de Santiago Ferrer».
Respecto al discurso de Silvia dijo que «algún alegato al final en ese sentido seguro que hay». «As covas eran un mundo más de hombres, las mujeres iban únicamente en las fiestas», señaló. «Lo que hizo Silvia el año pasado fue una reivindicación y yo voy a recoger un poco el guante. Pero, no va ir todo el discurso por ahí», apostilló.
La pregonera recordó que As Covas eran un lugar de encuentro para «muchos de nuestros padres, de nuestros abuelos, y yo en el discurso voy a recordar un poco esa historia, y cómo esa misión que cumplían fue perdiendo valor y ahora tiene otro valor diferente».
También señaló que la dueña de un bar del pueblo, una mujer de edad avanzada, le dijo que iba a dejar una libreta en el local para que los clientes que quisieran escribieran las cosas que pasaban en las cuevas para que las use en el pregón. «Aún no lo tengo escrito, así que veremos a ver por dónde va», afirmó.
Silvia acudió a los estudios de Onda Cero Valdeorras acompañada del alcalde de Vilamartín, Enrique Álvarez y del coveiro, Tito Rodríguez Ferrer, los tres trajeron a la emisora sus recuerdos de infancia y de juventud en el interior de las cuevas. Tito recuerda, como siendo un niño iba a buscar el vino a la cueva, y ya más mayor, de joven, acababa la fiesta en la cueva, un recuerdo este último que también tiene el acalde.
«Yo recuerdo ya de pequeño ir a buscar el vino, con una jarra, a las cuevas para comer o para cenar. Éramos cuatro hermanos y nos turnábamos para ir. Cuando ya no éramos tan críos cuando volvíamos de fiesta nos metíamos en la cueva, cogíamos un chorizo, un trozo de queso, un poco de vino y estábamos allí hasta que aguantáramos, y después para la cama», explicó Tito.
En una línea similar se pronunció Enrique quién dijo que «alguna vez cuando veníamos de fiesta íbamos a las cuevas a rematar la fiesta y lo que recuerdo es que, algunas veces, bajar aún bajábamos bien, pero había que subir arrastro».

Tito señaló además que eligieron a Sara como pregonera porque «nos parecía una persona interesante», su padre siempre estuvo vinculado al mundo de la viticultura. Sara, por su parte, reconoció que cuando se lo dijeron pensó «igual hay una persona más representativa porque yo soy más de cerveza que de vino». «Pero, tengo esa educación de que si los vecinos te piden algo razonable no les puedes decir que no y para mí fue una alegría que me eligieran, aunque ahora ya tengo un poco de presión porque los vecinos te van preguntando y ya ves que se echan los días encima».
Ahora sólo espera «mantener el listón de los anteriores pregoneros» y agradece que siempre piensen en gente del pueblo para llevar a cabo esta labor. «Es bueno ser profeta en tu tierra», detalló.
Las cuevas son una estructura arquitectónica que poco a poco se va poniendo en valor. En este sentido, el alcalde reconoció que «nos está costando». «Somos un Concello que manejamos poco dinero y administraciones como Patrimonio, que nos meten bastante presión para que cumplamos la Ley y seamos rigurosos en la restauración, no nos dan dinero, por lo que nos toca hacerlo con nuestros propios medios».

En este sentido, dijo que «es una pena» porque Vilamartín tiene un patrimonio etnográfico «impresionante» y una vez puesto en valor tendría un gran futuro. «Sólo en el pueblo de Vilamartín hay más de 300 cuevas y en el Concello son más de 600». En Penouta, las cuevas colgantes sobre el río «son preciosas» y las cuevas que se meten entre el río y la carretera son un «enclave estupendo», por eso el Consistorio intentará recuperar «estas covas en la medida de lo posible».
El regidor municipal agradeció la colaboración de los coveiros. «Todo lo que se está recuperando es mérito de ellos», dijo. «cuando se empezó con estas fiestas, entendieron que las cuevas eran un sitio que no se podía dejar perder y había que recuperarlo», a pesar de que el proceso administrativo «es muy engorroso».

Tanto Enrique como Sara elogiaron la gran labor y el trabajo que realizan os coveiros no sólo para que la fiesta salga bien sino durante todo el año. «Se está poniendo el acento en los últimos 15 días, en las 4.000 personas, pero hacen durante todo el año un trabajo enorme por mantener vivas las tradiciones, hacen pueblo», concluyó la pregonera.
Las entradas para participar en la fiesta, en la que participan 45 covas, ya están a la venta y se pueden comprar online o de forma presencial el mismo día de los festejos.
