
La posibilidad de un gobierno alternativo en Viana do Bolo sigue en el aire y las tensiones entre BNG y PSOE han escalado en las últimas horas. El BNG ha enviado una nota de prensa acusando a los socialistas de «jugar con las expectativas» de los vecinos y de no responder a su propuesta de coalición, asegurando que ha pasado un mes sin recibir noticias.
El PSOE ha respondido con dureza. Su portavoz y secretario de la agrupación local, Germán García-Ávila, se ha mostrado sorprendido y ha negado que estén paralizando la negociación. «Tengo que decir que esto es falso y voy a utilizar una palabra gruesa, es mentira», ha afirmado tajante.
Los socialistas insisten en que las negociaciones siguen abiertas, pero denuncian que la postura del BNG no está favoreciendo el diálogo. «Esto no es una invitación a negociar, es un ataque muy fuerte y muy duro», critica García-Ávila. A pesar de ello, asegura que el PSOE mantendrá la mano tendida para intentar cerrar un acuerdo de gobierno que desplace a Andrés Montesinos (PP) de la alcaldía «porque para nosotros los vecinos de Viana son lo primero», añade.
El PSOE apoya su postura sobre su interés en el acuerdo recordando que fueron ellos los primeros en dar el paso para formar un gobierno alternativo en Viana y desbancar al popuolar Andrés Montesinos. García-Ávila recuerda que el 15 de enero él mismo contactó con Secundino Fernández, portavoz del BNG, para proponer iniciar las conversaciones y que el 25 de enero hicieron pública su propuesta de pacto.
Sin embargo, los nacionalistas no respondieron hasta el 13 de febrero, casi un mes después. «Nosotros no dijimos nada, entendimos que cada partido tiene sus tiempos y lo respetamos. Pero ahora nos atacan porque hemos tardado 30 días en contestar, cuando ellos hicieron exactamente lo mismo», señala el portavoz socialista.
Además, sostiene que en aquella reunión de febrero, la respuesta del BNG no fue una aceptación de su propuesta, sino una contraoferta en la que eliminaban la rotación en la alcaldía y asignaban las concejalías sin margen de negociación. «Nos entregaron un documento con hechos consumados», lamenta.
A pesar de ello, el 13 de febrero se redactó una propuesta consensuada, con la rotación de la alcaldía incluida, y se acordó tomarse un tiempo para debatirla internamente. El PSOE, además, debía trasladarla a los órganos superiores del partido para su aprobación. «Les dijimos claramente que hasta después del Entroido no podríamos reunirnos porque algunos compañeros estaban ausentes y que había un congreso el 8 de marzo y hasta después no podríamos valorarlo con los órganos del partido en Ourense. Ellos lo sabían», insiste García-Ávila.

Críticas al BNG: «Esto es postureo, no voluntad de pacto»
García- Ávila rechaza el argumento del BNG sobre el tiempo que han tardado en responder y cree que esta nota de prensa responde más a una estrategia política que a una verdadera intención de negociar. García-Ávila insiste en que el PSOE sigue dispuesto a negociar pero lanza varios mensajes críticos sobre la actitud del BNG. Acusa a los nacionalistas de querer ganar el relato ante la ciudadanía más que de trabajar para alcanzar un acuerdo. «Lo que vemos en el BNG no es voluntad de acuerdo, sino postureo», afirma.
El portavoz socialista va más allá y plantea dudas sobre los motivos reales del BNG: «Aquí el cabeza de lista del BNG no puede ser alcalde ni teniente de alcalde. Quizá no quieren que nosotros estemos en la alcaldía porque creen que debería ser él quien ocupara ese puesto».
Además, sostiene que los nacionalistas podrían estar utilizando la negociación solo como una pantalla para no quedar en evidencia ante sus votantes. «Hicimos la propuesta en prensa para invitarlos a un pacto. Ellos tenían que reaccionar para no quedar mal, pero después han ido dando pasos extraños», señala.
A pesar de todos estos desencuentros y las críticas lanzadas al BNG, García-Ávila insiste en que seguirán apostando por el diálogo. «Mantenemos la sangre caliente, pero pensamos con el cerebro y no con las tripas», recalca.
Mientras tanto, el PP sigue gobernando en minoría con cinco concejales y BNG y PSOE, con tres cada uno, podrían formar una mayoría alternativa si logran cerrar el acuerdo. Sin embargo, la falta de confianza entre ambas formaciones pone en duda que el pacto pueda materializarse. Por ahora, Viana sigue en la incertidumbre.