En Viana do Bolo, la moción de censura que podría desalojar a Andrés Montesinos de la alcaldía se ha convertido en un pulso político cargado de reproches, vetos y versiones enfrentadas. Aunque las negociaciones llevan meses en marcha, con múltiples intentos de acuerdo, el pasado 13 de febrero el BNG dio un paso más al formalizar por escrito una propuesta concreta. Su planteamiento incluía una condición clave: que Germán García-Ávila, portavoz del PSdeG-PSOE, quedara fuera del futuro gobierno y del propio Concello.
Esa misma propuesta fue enviada un mes después, el 13 de marzo, a los medios, lamentando la falta de respuesta por parte del PSdeG para llegar a un acuerdo de gobierno en Viana.
Este lunes, 14 de abril, Secundino Fernández, portavoz del BNG en Viana, preguntado sobre el asunto, respondió a los periodistas que si no hay moción es porque el PSOE «non responde». Insistió en que no han recibido contestación a su propuesta: «Supoño que non aceitarán esa proposta, nada máis. Recheitan calquer tipo de acordo», afirmó. También acusó a los socialistas de poner «liñas vermellas continuamente», lo que, a su juicio, imposibilita cualquier entendemento.
Desde el PSdeG-PSOE, Germán García-Ávila niega rotundamente esa versión y responde a este medio con contundencia: «Eso es mentira, es falso, es una falsedad». Según detalla, su formación respondió públicamente el 21 de marzo, en rueda de prensa, dejando claro que no aceptarían el veto personal a su figura. Añade que esa misma respuesta fue entregada por escrito el 26 de marzo, tras una llamada realizada el día anterior por Isaac Pérez, secretario de la Xunta Local del PSOE en Viana, al responsable del BNG en la localidad, Miguel Anxo Meléndez.
En ese documento, el PSOE reiteraba su propuesta inicial: un reparto de la alcaldía —doce meses para los socialistas y el resto del mandato para el BNG— y una negociación abierta del reparto de concejalías, sin vetos personales. García-Ávila sostiene que esta fórmula fue aceptada en su momento por la dirección nacional del BNG y que incluso se había acordado una reunión en Verín para cerrar los detalles.
Sin embargo, el 1 de abril, Meléndez, según el relato de García- Ávila, llamó por teléfono para rechazar el planteamiento socialista y mantener como condición innegociable que él no podía ocupar ningún cargo en el Concello: «La que tenía que ser era la que ellos habían pasado y que si no era así no había nada que hacer».
«Aceptábamos que yo no fuera alcalde ni teniente de alcalde, pero no tenemos a nadie que pueda sustituirme», explica García-Ávila, que subraya la dificultad de gestionar un ayuntamiento sin una persona que asuma tareas de coordinación y presencia institucional. «Si no es así, no se puede», concluye.
De momento, la moción sigue sin materializarse y el desencuentro entre las dos fuerzas de la oposición se acentúa. Mientras el BNG acusa al PSOE de inacción, los socialistas denuncian que el Bloque plantea condiciones imposibles. La incógnita sigue en el aire: ¿hay margen para el acuerdo o estamos ante una historia sin final?
