
Hace un mes los vecinos de A Veiga de Cascallá —Rubiá— veían como parte de su pueblo se reducía a cenizas. El incendio que se inició el 14 de julio en Riodolas —Carballeda de Valdeorras— se extendió por el valle y afectó de forma más que notable a este pueblo, donde se vieron afectadas 17 viviendas.
Una catástrofe que ha supuesto para muchos vecinos y vecinas perderlo todo. Es por ello que, a petición de la asociación vecinal. Cruz Roja Valdeorras ha enviado un equipo de psicólogos profesionales para realizar una intervención psicosocial en la que, explican, brotaron muchas emociones.
Y es que una vez finaliza la situación de emergencia sanitaria es básico seguir con el apoyo a las personas afectadas, en este caso con el objetivo de aliviar el dolor y angustia vivida durante esos días de incendios.
Hay que tener en cuenta que pedir ayuda psicológica es primordial ante estos casos. Es más, existe un grupo de psicólogos, el GIPCE —Grupo de Intervención psicológica en desastres y emergencias— que actúan en situaciones en las que haya personas afectadas que necesiten atención psicológica. En este caso, por ejemplo, el verse obligado a abandonar la vivienda ante los desalojos o perder la vivienda son factores que cuentan con pesos emocionales muy grandes.