El incendio que arrasó una vivienda en el municipio ha dejado secuelas, pero también un gran alivio: el bombero que resultó herido al caerle una viga encima ya se encuentra en su casa y, aunque necesitará algunos días de descanso, se recuperará sin mayores complicaciones. El accidente pudo haber sido mucho peor, ya que la viga cayó en un punto crítico del suelo que había sido devorado por las llamas. «De haber cedido completamente la estructura, el bombero podría haber caído al hueco generado por el fuego».

Los vecinos de la zona, como Elena y Marina, cuya vivienda está pegada a la afectada, relataron su preocupación por este nuevo siniestro. «Desde hace dos años ya vivimos esto, y es fastidiado. Es como una maldición que tiene este pueblo con el fuego, la verdad», expresaron con resignación.

Otra de sus quejas fue la falta de medios para combatir el fuego en un primer momento. «Vinieron dos bomberos de A Rúa, luego los de Quiroga, y más tarde llegaron más efectivos. Pero de verdad, muy agradecidas con la Guardia Civil», comentaron. «Los chicos de la ambulancia del 061 también se pusieron a ayudar, con la manguera, con todo. Se subieron a la escalera con la manguera y la chica Guardia Civil corría de un lado a otro sin descanso», destacaron los vecinos.
Felipe, otro vecino, fue clave en el rescate de una mujer mayor que se encontraba en la vivienda donde se originó el fuego. «No hice nada que no hiciera otra persona. Me avisaron y subí a sacarla lo mejor que pude», relató con humildad.
Uno de los aspectos más destacados por los habitantes fue la colaboración entre todos los cuerpos de emergencias. «Al principio solo estaban dos bomberos, pero luego llegaron refuerzos y trabajaron sin descanso. Los del GES también se dejaron la piel para sofocar las llamas», mencionaron. «Pero si alguien merece un diez, es la Guardia Civil y el servicio del 061. No solo hicieron su trabajo, sino que hicieron mucho más de lo que les correspondía», recalcó una de las vecinas.

Este incendio ha vuelto a encender las alarmas en el municipio, que ya sufrió un devastador fuego en julio de 2022, cuando ardieron 34 casas y dos naves. No obstante, no todo son malas noticias: hoy cumple 92 años Abraham González, un vecino que llegó a la localidad desde Cuenca por amor a una veiguesa. Un recordatorio de que, a pesar de las adversidades, la vida sigue adelante en esta comunidad unida.