
El centro neurálgico y social de Petín, su plaza, acogió un acto de homenaje al médico Emiliano Quiroga Gayoso y al enfermero José Miguel Fernández Salgado, conocido por Quixé. Vecinos, familiares, amigos y antiguos pacientes se reunieron para recordar la labor de ambos profesionales, cuya trayectoria estuvo estrechamente vinculada a la atención sanitaria del municipio durante décadas.

El acto, presentado con afecto y cercanía por Juan José Rodríguez Losada, «Chavito», arrancó con una evocación a la trayectoria compartida de ambos profesionales, recordando las incontables consultas, las conversaciones tranquilizadoras —y también algún “rapapolvo” cariñoso— que durante más de treinta años marcaron la relación entre los sanitarios y sus vecinos. «Siempre salíamos de la consulta confiados en que todo iba bien», recordaba el presentador, mientras los aplausos del público confirmaban esa confianza que aún perdura.

La alcaldesa Raquel María Bautista fue la encargada de entregar las placas conmemorativas a los homenajeados. El primero en recibirla fue José Miguel Fernández «Quixé», quien, visiblemente emocionado, agradeció al Concello, a sus compañeros y al pueblo por el cariño recibido.
En su intervención, Quixé recordó la lucha por conseguir el actual centro de salud «el más bonito de toda Galicia», reconoció con orgullo— y dedicó palabras especiales a su compañero: «Estoy orgulloso de haber trabajado contigo. Ha sido un privilegio».

Uno de los momentos más emotivos de la jornada llegó con la intervención de Francisco José Fernández Maceda, «Paco Pepe», cuñado de Emiliano, quien resaltó: «Eres mi familia, mi colega, un hombre fiable… Cualquiera querría tenerte a su lado. Si Petín decide homenajearte, es porque te quiere».
Sus palabras, sinceras y cálidas, dibujaron el perfil humano del homenajeado: el médico, sí, pero también el amigo, el vecino y el cuñado querido.

Emiliano Quiroga Fernández, en la plaza que lleva en nombre de su abuelo, el también médico José Quiroga Suárez, y a pocos metros de la casa familiar, evocó la figura de su padre con cariño. Con humor y ternura, relató cómo desde joven tenía clara su vocación, «puse medicina, medicina y medicina en las tres opciones de carrera», destacó.
En su discurso no faltó la referencia a la herencia familiar que lo une al pueblo, hijo, nieto y biznieto de médico dedicó bonitas palabras a su padre: «Gracias, papá, por enseñarnos que vivir para el pueblo es la forma más noble de vivir», concluyó Emiliano, despertando una ovación unánime.

Finalmente, tomó la palabra el propio doctor Emiliano Quiroga Gayoso, quien, con la serenidad que lo caracteriza, hiló su discurso en torno a una palabra: gratitud. Agradeció al Concello, a sus compañeros de trabajo, a su familia y a los pacientes de toda una vida. Hubo espacio también para la sonrisa y la retranca gallega, cuando bromeó para calmar la emoción que lo obligó a detenerse unos segundos: «Tranquilos, que esto es teatro».

Quiroga Gayoso no olvidó a nadie: su esposa, Joaquina Fernández «Quinta», «mi equilibrio y mi pilar desde hace 55 años», sus hijos y nietos, sus hermanos y cuñados, sus colegas del centro de salud a la farmacéutica Mª Lourdes Rodríguez y los amigos de la infancia. Recordó con cariño a los vecinos de cada parroquia y resumió, con una frase que resonó en toda la plaza, el espíritu de su tierra: «Petín es solidaridad, es ese «latexo» que une a los que aquí viven, se ayudan y se abrazan entre godellos y sonrisas».
El acto concluyó entre aplausos y abrazos, con el sonido de un pueblo agradecido. En la plaza que lleva el nombre de su padre, el doctor Quiroga volvió a ser, una vez más, el médico del pueblo: el que cura, el que escucha, y el que sigue —como siempre— al servicio de su gente.