martes. 24.06.2025

Gelines Sanabria: «El Santo Entierro. A mí, era la que más me gustaba»

Un pregón en el que se rememoró la Semana Santa de antaño donde la vida social y el costumbrismo fue de la mano de la emoción y la pasión que la pregonera siente por esta fecha tan señalada

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Gelines Sanabria pregonera de la Semana Santa de O Barco.

Ángeles Sanabria pronunció un pregón en el que retrató la sociedad y el sentir de una época. Fue narrando, uno a uno, como vivía y como sentía cada uno de los momentos de la Semana Santa retratando también la sociedad de aquel entonces.

Sin duda, así lo confesó, el Viernes Santo era el más significativo bajo su criterio. «Por la tarde era la procesión del Santo Entierro, a mi era la que más me gustaba». El féretro de Jesús yacente era escoltado por cinco guardias civiles vestidos de gala. «Iban las autoridades civiles y militares. Entonces teníamos aquí reclutas y sus jefes que iban a la cabeza y detrás los soldados. Todo ello le daba un porte majestuoso». «Los portadores iban de negro con sus capirotes incluidos. Y me producía gran pena y emoción».

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Gelines en un momento de la lectura del pregón

Ese mismo día pero ya de noche, «La procesión de la Soledad. Las señoras llevaban porta velas de colores y eso le daba un tono mágico y a mi me sobrecogía personalmente, porque el ruido de los portadores que iban en silencio me redoblaba. Me retumbaba los oídos, aún hoy sigo oyendo ese redoblar y el sonido se las pisadas».

Relató así mismo como el Sábado Santo, no había ninguna actividad religiosas. «El pueblo estaba muerto con el señor». En la iglesia de San Mauro se pudo sentir ese silencio a través de sus palabras, y también la algarabía y la alegría del Domingo de Resurrección. «La vida volvía a renacer porque las campanas repicaban como parecía que lo habían hecho en años, Ni siquiera en los actos religiosos sonaban las campanillas, sonaban las carracas».

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Acompañada por dos miembros del Orfeón Valdeorrés

Como no podría ser de otro modo, al rematar el pregón, Sanabria dio las gracias. «Me queda agradecer una vez más a don Jesús y a Dani, la confianza que han puesto en mí, ojalá no los haya defraudado. También quiero agradecer a José Ramón mi director que se puso a mie entera disposición. A mi amigo Julio que siempre estuvo ahí cuando lo necesité. A Tarsicio González Molina, mi compañero que fue mi apoyo moral. A todo mi orfeón. A todos vosotros que aguantasteis mi chaparrón. A mi familia que pudo estar y no estuvo pero la sentí cerca, pero alguna ha llegado de Barcelona y de Vigo hace unos momentos, eso para mí no tiene precio.

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Recibiendo a sus primas de Barcelona y Vigo antes de entrar a la iglesia

Al finalizar un obsequio realizado por dos artesanos de Barcelona sordomudos que han estampado en vidrio a San Mauro, Santa Rita, la fuente de la Plaza del Príncipe, el Malecón, la barca de la entrada a la villa y el antiguo ayuntamiento. Un encargo hecho por el párroco que además llevan gravados los nombres de las dos hermanas Sanabria, Gelines y Conchi.

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El párroco Jesús Álvarez le hace entrega de un obsequio m

Os dejamos la entrevista que realizamos a Gelines, en la Plaza Mayor, dos días antes de que leyera su pregón y en la que nos desvelaba algunos de los puntos que a ella más la encandilaban, como ese recuerdo de su madre:

Ángeles Sanabria, pregonera de la Semana Santa de O Barco

Se define como valdeorresa pero confiesa que ha pasado por muchos lugares, contándolos por los sacramentos recibidos. «Me bautizaron en un sitio, tomé la comunión en otro e hice la confirmación en uno diferente. Soy un poco mundial». Recibió la propuesta de dar el pregón en Tenerife, donde pasa una temporada de tres meses cada año. «Cuando leí el mensaje del párroco pidiéndome este favor me quedé sin voz y aún no la he recuperado. Pensé que era una utopía que yo fuera a dar el pregón». Por eso le dijo que no, y estuvo negando la posibilidad durante semanas. Incluso le recomendó a don Jesús «buscar a otra persona». Define lo que sintió como «miedo, unos nervios que nunca había tenido y que me paralizaron. Es una gran responsabilidad ante mucha gente. Ahora bien, si el público fuesen niños me los merendaba». No cabe duda de ello: llegó a tener 67 alumnos a su cargo cuando ejercía de profesora. 

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Gelines Sanabria en la iglesia de San Mauro con el Nazareno detrás

Cuenta Gelines Sanabria que hasta el 11 de marzo no consiguió ponerse a escribir. «Me habían pedido un pregón sin florituras, que no fuese al uso». Por el momento, habitual no será, ya que se extenderá a los 20 minutos «e intentando reducir todo lo que me gustaría contar», confesaba la protagonista entre risas. Hablará de su infancia y su adolescencia, acompañada siempre de una fe que nunca la abandonó. «Mi familia era religiosa por ambos lados y recuerdo con mucho cariño los momentos que pasábamos juntos en Semana Santa». Rememorará en el pregón a su bisabuela Alonsa, a su forma de enseñar los domingos de Cuaresma, «época en la que debíamos ser siempre mejores personas». Una familia que «bendecía el pan que otros desperdiciaban por haber caído al suelo porque era el cuerpo de Cristo». Recuerda también con nostalgia el Miércoles de Ceniza, los juegos en la plaza cada Domingo de Ramos y la bendición papal que recibían al son de «pulvis es et in pulverum reverteris» (polvo eres y en polvo te convertirás). 

Una mujer adelantada a un tiempo en el que precedió a muchas

«Somos aves de paso, y yo he intentado siempre vivir una vida intensa. Lo he conseguido». Una intensidad marcada por su sed de independencia desde niña, su vocación profesional y su compromiso feminista —aunque en su época ni siquiera se contemplaba esta palabra—. Tercera mujer que condujo en O Barco; una de las cuatro fundadoras de Manos Unidas en el municipio; 44 años formando parte del Orfeón; y presente en la institución del Instituto de Estudios Valdeorreses, donde todavía hoy es miembro tras haber formado parte de su directiva durante 22 años.

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Fotografía frente a la antigua Confitería Lago, en O Barco.

«Si quieres guerra la vas a tener». Fue su respuesta ante un comentario machista que recibió, demostrando su reivindicación por la independencia de las mujeres. «Llegué un día, con mi coche, hasta la antigua Confitería Lago y un señor se quejó por ver a una mujer conducir. Me bajé del coche y le contesté». 

«En general creo que los hombres pensaban que era una loca, por eso nunca tuve grandes problemas por hacer lo que hacía. No me tomaban en serio». Una desconsideración que nunca la frenó en su intento por «vivir y conocer el mundo».

La enseñanza: su vocación defendida

Su padre quería que hiciera la carrera de Farmacia pero ella tenía claro que haría Magisterio. Segunda en su promoción, inició su carrera profesional en Barcelona, en el colegio Lope de Vega. «Allí la gente era muy progresista, que viajaba, que tenía acceso a mucha cultura. Cogíamos el tranvía el salir del trabajo y nos íbamos a ver películas a Francia. Cosas que no se veían en España». 

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Gelines Sanabria (2).

Recuerda esa época como «intensa, donde me volví muy viajera». También allí trabajó mucho, donde salía dos horas más tarde del colegio y se iba a la Universidad a estudiar Geografía e Historia «intentando compensar a mi padre por no haber seguido su idea de ser farmacéutica». Cuenta que a pesar de ello tuvo «suerte porque mis padres jamás me cortaron las alas. Por eso conseguí todo lo que me propuse».

Se jubiló en el CEIP Julio Gurriarán, en O Barco, después de pasar una temporada en Rubiá. «Yo no tengo exalumnos, son mis alumnos aún a día de hoy». 

«Perú fue el viaje de mi vida, nunca lo olvidaré»

«Tres días antes de nuestro viaje a Perú el Sendero Luminoso voló el tren que lleva a los turistas a visitar el Machu Pichu. Como sabía que mi madre se asustaría apagué la tele y le dije que no funcionaba. Y allá nos fuimos». Anécdota que demuestra su valentía y sus ganas de conocer culturas. 

Cuenta que Perú fue el viaje de su vida. Dos meses allí le valieron para no olvidar el país y «recomendarlo sin ninguna duda. No dejéis de visitarlo. Su gente es acogedora y amable, su cultura es maravillosa y no puede ser más bonito». Con especial cariño recuerda el Mercado del Trueque, el Cristo de los Temblores «que sacan a la plaza con cada seísmo» y su idea de ir a la selva, costase lo que costase. «Finalmente lo conseguimos. Nos llevaron a la selva, donde comíamos hierbajos, nueces pecanas y las gentes nos recibían con alegría». Con una maleta «casi vacía por participar en el trueque, son tiempos pasados que no volverán pero que recuerdo con mucho cariño».

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Gelines Sanabria en el Machu Pichu.

Una mujer viajada, que no se puso límites y que será una de las grandes protagonistas de esta Semana Santa. «Si sale este pregón, tiene historia». Desde luego que la tiene, y la contará._gelines sanabria (1)

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Gelines durante l conversación mantenida en una terraza de la Plaza Mayor

Gelines Sanabria: «El Santo Entierro. A mí, era la que más me gustaba»