Las temperaturas extremas no solo incomodan: pueden ser un riesgo para la salud. Este miércoles, Valdeorras se encuentra en alerta naranja por calor, con máximas que podrían alcanzar los 40 grados. En estas condiciones, «hay que tomar todas las medidas posibles para prevenir los golpes de calor», advierte la doctora Sara Vivanco, médica del Centro Médico Rio Sil, quien recuerda que en las últimas semanas se ha registrado un repunte de muertes por esta causa en España.
Y no solo deben protegerse los colectivos más vulnerables. Aunque las personas mayores, los niños pequeños y los enfermos crónicos son quienes más riesgo corren, Vivanco insiste en que nadie está exento: «También hay que tener mucho cuidado si se toman medicamentos como diuréticos o si se trabaja o se hace ejercicio al aire libre en las horas centrales del día».
En condiciones de calor extremo, la temperatura corporal puede subir por encima de los 40 grados y provocar un fallo del sistema de regulación térmica. Algunos de los síntomas del golpe de calor son piel enrojecida y caliente, sensación de ardor, mareo, dolor de cabeza, pulso acelerado y pérdida de conciencia. «Cuando una persona está en golpe de calor, deja de sudar porque el cuerpo ya está deshidratado», explica la doctora.
Ante la sospecha de golpe de calor, lo primero es comprobar si la persona está consciente y, de inmediato, llamar al 112. Mientras llegan los servicios de emergencia, hay que trasladarla a un lugar fresco, retirarle la ropa excesiva y aplicarle paños fríos en la cabeza, el cuello, las axilas o la ingle.
Si está consciente y responde, se le puede ofrecer agua; si no lo está, nunca debe forzarse la ingesta de líquidos. «La intuición nos lleva a pensar que lo mejor es darle agua, pero si no está consciente, eso puede ser peligroso. En ese caso, solo refrescar la parte externa», señala la doctora Vivanco.
Para evitar llegar a esa situación, Vivanco insiste en la importancia de prevenir: evitar salir a la calle entre las once de la mañana y las cinco de la tarde, mantenerse bien hidratados incluso sin tener sed, vestir ropa ligera y cómoda, buscar espacios ventilados o con aire acondicionado siempre que sea posible, y descansar lo suficiente para que el cuerpo pueda adaptarse al esfuerzo que supone el calor.
En el caso de quienes tienen por costumbre hacer ejercicio a diario, recomienda adaptar el horario: «A partir de las ocho de la tarde, en O Barco ya empieza a correr el aire y es un momento más seguro para la actividad física».
La doctora hace también un llamamiento a la responsabilidad comunitaria: «Estar atentos a quienes viven solos, sobre todo si son mayores, puede evitar un susto. Una llamada o una visita en días como hoy pueden marcar la diferencia».