«Nos están derivando al hospital de Ourense y al de Vigo. Hay gente que lleva un año esperando una revisión, otros ya no pueden desplazarse y dependen de familiares. Esto no puede seguir así». Con estas palabras, José Rodríguez, presidente de la recién creada Asociación de Afectados por Silicosis en Valdeorras (Asilival), resume la situación que viven los afectados por esta enfermedad en la comarca.
La ausencia de un especialista en neumología en el hospital de O Barco fue el motivo principal que llevó a un grupo de afectados a organizarse. «Pregunté en el hospital si habría algún día neumólogo aquí y me dijeron que no, que ni lo hay ni lo habrá. Eso me pareció indignante», recuerda Óscar Yáñez, secretario de la asociación.
Ante esta situación, Yáñez lanzó un mensaje en redes sociales y convocó, el pasado 3 de enero, una reunión en el Teatro Lauro Olmo. «Pensábamos que seríamos pocos, pero nos desbordó la respuesta», añade Rodríguez. Fue entonces cuando José Rodríguez, Óscar Yáñez, Ermitas Fernández, José Antonio Borrajo y otros dos afectados más decidieron crear la asociación.
Actualmente, los afectados deben desplazarse a Ourense o Vigo para cualquier consulta o seguimiento médico. «Las citas se retrasan muchísimo. Me diagnosticaron unos nódulos hace meses y todavía no me han llamado. Para cuando lo hagan, podría ser demasiado tarde», lamenta Yáñez, quien subraya las dificultades añadidas en casos de urgencia: «Si pasa algo grave, hay que llamar a una ambulancia y esperar el traslado a Ourense. Aquí en O Barco no nos dan solución».
Estas complicaciones se agravan en el caso de las personas mayores, que muchas veces dependen de familiares o servicios de transporte costosos. «Las comunicaciones son un desastre. ¿Qué vamos a hacer con ellos?», se pregunta Rodríguez.
La silicosis es una enfermedad profesional que afecta especialmente a trabajadores expuestos al polvo de sílice, como los del sector de la pizarra. Aunque suele desarrollarse tras años de exposición, también puede aparecer en menos tiempo. «Hay gente que ha trabajado solo tres o cuatro años en la pizarra y ha desarrollado la enfermedad. Otros tardan décadas. Esto depende de muchos factores, como la genética o la salud de cada persona», señala Rodríguez.
Tanto él como Yáñez han vivido esta realidad. «Trabajé en la pizarra desde los 13 años hasta los 55, cuando me tuve que jubilar por la enfermedad», comenta Yáñez. Rodríguez, por su parte, trabajó 33 años antes de ser diagnosticado. Ambos coinciden en que la única forma de avanzar es con una asociación fuerte que represente a todos los afectados. «Si no nos unimos, será imposible hacer cambios», afirman.
Asilival estima que en Valdeorras podría haber más de 3.000 afectados por silicosis, muchos de los cuales aún no han sido diagnosticados. «Mientras siga habiendo exposición al polvo de sílice, seguirá habiendo nuevos casos. Hoy será uno, mañana otro, y así en un goteo constante», explica Yáñez.
La asociación ya ha comenzado a dar sus primeros pasos. El Concello de O Barco les ha cedido una sede social y se ha comprometido a apoyarlos en futuras gestiones. «El Concello se ha portado muy bien con nosotros. Nos han ayudado desde el primer momento», agradece Yáñez.
Entre las primeras acciones de Asilival está una campaña de captación de socios mediante una pegada de carteles por toda la comarca. «Queremos convocar a todos los afectados para que se unan a nosotros. Cuantos más seamos, más fuerza tendremos para conseguir cambios», explica Rodríguez.
El principal reto de Asilival es lograr que el hospital de O Barco cuente con un neumólogo que pueda atender a los afectados de forma regular. «Si aquí está el foco de la enfermedad, aquí es donde debe atenderse. No tiene sentido mandar a los pacientes a Ourense o Vigo», critica Yáñez.
A largo plazo, la asociación también buscará exigir el cumplimiento de normativas de seguridad en el trabajo y promover mejoras en las condiciones laborales para prevenir nuevos casos. «Estamos al principio, pero creemos que podemos lograrlo si trabajamos juntos», concluye Rodríguez.
La falta de especialistas es un problema constante en el hospital de O Barco, donde padres y madres llevan meses pidiendo también un pediatra para que pueda atender a sus hijos.
