
Tras el gran apagón que afectó este lunes 28 de abril a toda España, la bodega Alan de Val ha retomado con normalidad su actividad y ultima los detalles para abrir sus puertas en una de las citas más especiales del año. «Estuvimos preocupados, sobre todo por si afectaba a los vinos en los depósitos, pero afortunadamente conseguimos salvarlo sin daños», explica Joaquín Sánchez, propietario de la bodega. «Lo importante es que todo vuelve a la normalidad y seguimos adelante con ilusión para estas jornadas».
Pocos lugares reflejan mejor el alma de Valdeorras que Alan de Val, una bodega donde la tradición y la modernidad conviven a la perfección. Los próximos 10 y 11 de mayo, en el marco de la Primavera de Portas Abertas, organizada por la Ruta del Vino, ofrecerán dos actividades pensadas para mostrar esa riqueza a todos los visitantes.

La primera propuesta, el sábado, comenzará con una visita a su impresionante cueva tradicional, que la familia adquirió hace más de un siglo, situada en la zona de As Pinguelas. Un paseo por la historia del vino en Valdeorras, donde aún puede sentirse la humedad de las rocas y el susurro de los arroyos, antes de subir a Pedrazáis, donde se encuentran la actual bodega y los viñedos que la rodean. Desde la terraza, las vistas del valle de A Rúa son un regalo para los sentidos, y allí terminará la visita con una cata de vinos y pinchos típicos de la zona.
El domingo, Alan de Val propone una segunda actividad centrada en el viñedo. Joaquín Sánchez guiará personalmente un recorrido entre cepas de Godello, Mencía y Garnacha Tintorera, tres variedades que forman parte de la identidad de la bodega. «La garnacha tiene para mí un valor especial —explica— porque me conecta con mis raíces. Era el vino que se hacía en mi casa cuando era niño, debajo de la vivienda, en la bodega familiar».
A lo largo del recorrido, los visitantes podrán conocer de cerca cómo el clima, el suelo y las técnicas de cultivo marcan el carácter de cada vino. La experiencia terminará con una cata de tres referencias emblemáticas: Pedrazáis Godello, Pedrazáis Mencía y el singular Garnacha Tintorera Alan de Val.
Además, quienes se acerquen en los autobuses organizados desde Ponferrada y A Coruña también tendrán la oportunidad de descubrir esta bodega que este año celebra un reconocimiento muy especial: el Bacchus de Oro al Alan de Val Mencía, cosecha 2024, uno de los concursos internacionales más prestigiosos y donde solo dos tintos gallegos lograron esta distinción.
«Estamos en un momento dulce, pero no hay que olvidar que Valdeorras también es tierra de grandes vinos tintos, no solo de Godello», reivindica Sánchez. «Tenemos unas condiciones privilegiadas, con un clima continental matizado por la influencia atlántica, que nos da tintos con fruta, frescura y personalidad».
La invitación está hecha: desconectar del mundo, perderse en la belleza de As Pinguelas, escuchar el sonido de los arroyos, saborear la autenticidad de Valdeorras y brindar con algunos de los mejores vinos de la comarca.
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