
Como viene siendo habitual, después de que el fuego asolara los montes de Carballeda, en la capitalidad del ayuntamiento, Sobradelo, cada nueva estación la madera de esos bosques se transforma en figuras y motivos correspondientes a esa época del año.
En la parte alta, desde la cual se contempla la localidad en toda su magnitud, el exuberante olivo se encuentra adornado por maceteros de vistosas flores, del jardinero que las atiende, azada en mano y hasta de la mujer que las riega.

Margaritas, tulipanes y hasta el vivero de donde proceden las plantas, es lo que se puede observar en esta colorida estampa primaveral, a la que no le falta detalle.

A pocos días para que comiencen las fiestas de «Señora da Encarnación», la parte de la estación del ferrocarril y el parque infantil también se adornan con estas decoraciones llenas de vivas tonalidades propias de la estación.

En esta zona se pueden apreciar todas las labores necesarias para que los jardines luzcan bonitos. La figura que simula al señor cortando el césped, la que poda los árboles, el que pasa la desbrozadora, el del soplador de hojas...

No faltan los músicos pues como ya dijimos, en Sobradelo están en vísperas de fiesta. Las notas colgadas de un cordel simbolizan la música que sale del chelo, el violín o la flauta.

Llegando al pasadizo debajo de la vía, una cigüeña, un labrador con su azada, un segador afilando la guadaña. Un poco más arriba un simpático campesino con una especie de tractor transportando geranios y una niña con un cazamariposas.

Todo el verde natural está salpicado de estas preciosas figuras de madera, en las que las grandes margaritas de diferentes pigmentos son las más numerosas: blancas, amarillas, rojas.

Sin duda una buena manera de estrenar estación que ya se va convirtiendo en una verdadera tradición.