Xose Rodríguez tenía 16 años cuando dejó A Rúa sin un plan claro. Trabajó como mozo de almacén en Madrid y luego cruzó el Atlántico para pasar un año y medio en Estados Unidos, buscando su camino. No sabía que el marketing o la publicidad podían ser una profesión, pero sí tenía claro que le gustaba crear cosas. «Siempre me atrajeron el diseño y la comunicación, pero no sabía cómo encajarlos en un trabajo real», cuenta.
A su regreso, decidió apostar por ello: estudió un ciclo superior en Marketing y Comunicación, después la carrera de Publicidad y Relaciones Públicas y, finalmente, un máster en creatividad publicitaria. En cuatro años, pasó de ser un recién llegado al sector a liderar Casa Jungle, el nuevo departamento de creatividad interna de la consultora Jungle. Ahora, su nombre aparece en la lista de Forbes de los creativos más influyentes, un reconocimiento reservado a quienes están marcando la diferencia en la industria. «Para mí, la creatividad es todo lo contrario a un golpe de inspiración. Es trabajo, trabajo y trabajo», afirma con convicción.
Su trayectoria lo demuestra. Desde que comenzó en PS21, agencia en la que trabajó hasta su incorporación a Jungle, ha sido responsable de algunas de las campañas más comentadas de los últimos años. Como la de KFC y la calima sahariana, en la que la marca regaló pollo frito a quienes acudieran con las letras “KFC” dibujadas en el polvo de sus coches, logrando más de tres millones de impresiones en redes en 24 horas. O La Copa más sucia del mundo, una iniciativa junto a la revista Líbero que convirtió el trofeo del Mundial en un símbolo de denuncia contra la corrupción en la FIFA.
«Me gusta la creatividad que denuncia, pero soy más fan de la creatividad que vende», admite. Y en ese sentido, la campaña de Pepsi Ring es un buen ejemplo: una joya-abridor de latas pensada para quienes llevan uñas largas, convirtiendo una necesidad en un fenómeno cultural.
Xose es consciente de que la publicidad está en un momento de transformación. «Durante un tiempo, el sector ha dado demasiado peso a los datos y ha olvidado la intuición y la creatividad. Pero creo que estamos viendo un pequeño giro», señala. Para él, el gran desafío está en demostrar que la creatividad sigue siendo un motor clave en los negocios.
Su inclusión en la lista de Forbes es, en sus palabras, «un reconocimiento más al trabajo que a la creatividad». Pero no es un premio cualquiera: supone estar entre los referentes de la industria, ser parte de quienes están redefiniendo el papel de la creatividad en el mundo empresarial. «Es un orgullo, pero también una responsabilidad para mantener el nivel», añade.
A pesar de su éxito, Xose no olvida sus raíces. Sigue volviendo a A Rúa siempre que puede y, cuando se le pregunta cómo vendería Valdeorras desde el punto de vista del marketing, lo tiene claro: «Solo tenemos que sacar pecho de lo que ya tenemos».
Quizá sea ese el mejor resumen de su filosofía: no se trata solo de inventar cosas nuevas, sino de saber mirar lo que ya existe con otros ojos. Y en eso, Xose Rodríguez ha demostrado ser un auténtico maestro.
