María González Albert: «É un ano que imos tardar en esquecer»
Las secuelas no se limitan a las escorrentías o a los daños visibles. La regidora advierte de efectos a medio y largo plazo, como la futura sequía derivada de un monte que «non vai rexenerar á mesma velocidade», una realidad que condicionará la gestión municipal en los próximos tiempos.
Pese a que el incendio obligó a frenar muchas actuaciones previstas para 2025, el Concello ha logrado avanzar en algunas de las prioridades del mandato. Entre ellas, la mejora de parques infantiles, una línea de trabajo que el gobierno local considera clave para fijar población.
A finales de año se han podido retomar obras que quedaron en suspenso. Están ya finalizadas las mejoras en el albergue de peregrinos y en el pabellón deportivo, así como el parque de Fontei. También se encuentra muy avanzada la renovación del parque de la Praza Galicia, donde los nuevos juegos infantiles quedarán instalados en los próximos días, a falta de que la climatología permita colocar el pavimento. La previsión municipal es que la actuación esté terminada antes de Reyes.
Otras intervenciones, como la prevista en Vilela, han tenido que aplazarse y se ejecutarán ya en 2026, un año para el que el Concello prepara una planificación «intensa», que incluirá actuaciones en infraestructuras, espacios públicos y servicios básicos.
Presupuestos: un punto de inflexión
Uno de los hitos del año ha sido la aprobación del presupuesto municipal, algo que no ocurría desde hacía tiempo. González Albert subraya la importancia de este paso, no solo desde el punto de vista administrativo, sino operativo: «Un orzamento é o que che permite traballar, marcar prioridades e acceder ás subvencións desde xaneiro».
La alcaldesa explica que hasta ahora el Concello funcionaba con unas cuentas que no se ajustaban a la realidad de ingresos y gastos, lo que generaba tensiones constantes en partidas clave. Un ejemplo claro es el Servicio de Axuda no Fogar, cuyo coste real rondaba los 55.000 euros mensuales, mientras que el presupuesto vigente no llegaba a los 40.000. Esa diferencia, acumulada mes a mes, provocaba un déficit estructural difícil de sostener.
Por primera vez, el nuevo presupuesto contempla el gasto real del servicio, lo que ha permitido normalizar su funcionamiento y garantizar unas condiciones más estables tanto para el Concello como para las trabajadoras.
Cultura como inversión, no como gasto
La actividad cultural ha sido otro de los ejes de 2025. Cine, teatro, magia, festivales y una programación repartida a lo largo de todo el año forman parte de una apuesta que la alcaldesa defiende con claridad: «O gasto en cultura é unha inversión».
A Rúa cuenta con infraestructuras culturales que, según avanza la regidora, recibirán un impulso importante en 2026. La reforma de la Casa da Cultura ya está presupuestada y aprobada, y se prevé una inversión también en el Centro Cultural Avenida, aprovechando fondos del CooperOu. Ambas instalaciones, señala, «necesitan unha volta».
El Concello participa además en redes culturales de la Diputación de Ourense y de la Xunta, un esfuerzo que González Albert destaca como especialmente relevante para un municipio de unos 4.000 habitantes, con el objetivo de garantizar el acceso a la cultura más allá de las grandes ciudades.
Vivienda pública y barrios, claves del PAI Valdeorras
Mirando al futuro inmediato, uno de los proyectos estratégicos es el Plan de Acción Integrado Valdeorras: por los Camiños del Sil. La primera actuación que A Rúa quiere ejecutar con cargo a este plan será la del parque de O Aguillón, pero no será la única.
El PAI reserva 250.000 euros para vivienda pública, que se destinarán a la rehabilitación del edificio de las antiguas viviendas de maestros del CEIP Manuel Respino. La inversión permitirá renovar las instalaciones comunes —calefacción, electricidad, fontanería y saneamiento— y acondicionar al menos tres viviendas para responder a la demanda existente.
Además, se contemplan actuaciones de mejora de espacios públicos en barrios y parroquias como Somoza, San Xulián y Robledo, así como inversiones en eficiencia energética, todavía por concretar entre la Casa da Cultura y el Centro Cultural Avenida.
El plan incluye también una actuación comarcal de apoyo al comercio local, dotada con cerca de 800.000 euros, con especial impacto en O Barco de Valdeorras y A Rúa. Se trata de un proyecto plurianual, con un horizonte de cuatro años, cuya ejecución comenzará en 2026.
El agua, una prioridad inaplazable
Si hay un asunto que atraviesa todo el balance, ese es el del agua. La alcaldesa lo define como «fundamental», tanto desde el punto de vista sanitario como económico. Mantener el suministro en condiciones de potabilidad tiene un coste elevado que, reconoce, no está cubierto por la actual tasa, que ronda los tres euros mensuales.
El Concello trabaja en varios frentes: la puesta en marcha de una tasa mancomunada con Petín, un proyecto valorado en cerca de medio millón de euros; la renovación de contadores; y la reducción de pérdidas en la red. Una auditoría anterior situaba esas pérdidas en torno al 80 %, una cifra que, según González Albert, no reflejaba un problema real de fugas, sino la ausencia de contadores en muchas viviendas.
Reducir esas pérdidas es clave, advierte, porque la normativa estatal solo considera asumible un 20 %. A partir de ahí, el coste económico para los concellos puede ser «inasumible».
Un aprendizaje forzado para 2026
El cierre del año deja también tareas pendientes, como el futuro del vertedero de Autoneum, a la espera de un informe de la Xunta de Galicia. El Concello confía en que exista voluntad política para buscar una solución equilibrada, compatible con las exigencias medioambientales.
Con todo, la alcaldesa mira ya a 2026 con la voluntad de aprender de lo vivido. Entre las medidas en preparación figura una nueva ordenanza de fincas, más ágil y expeditiva, para facilitar la gestión del territorio y prevenir situaciones de riesgo como las vividas este verano.
«Foi un ano moi complicado», insiste González Albert. Un año que nadie esperaba, pero que ha redefinido prioridades y ha obligado a repensar la gestión municipal. El aprendizaje, asegura, ya está en marcha.
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