
Con la llegada de la Navidad aparecen los compromisos habituales de estas fechas, ya sean reuniones y cenas con los amigos, con la familia y, cómo no, con los compañeros de trabajo. Las cenas de empresa sirven para desconectar del entorno laboral y conocerse más en un ambiente distendido. Estos eventos no suelen dejar indiferente a nadie, o se esperan con entusiasmo o se perciben como una incómoda obligación. Se esté en uno u otro bando, nunca será aconsejable ausentarse de esta cita. Hoy Iria Fernández, del Centro de Psicología Resiliencia, nos cuenta los motivos.
Entre los beneficios que tiene acudir a este cena se encuentra un aumento de la autoestima, ya que estar invitado nos hace sentir que somos parte de un equipo, que somos valiosos y necesarios en el trabajo, y eso ya nos convierte en importantes. Además, un ambiente festivo e informal hace que sea más fácil mostrar otras facetas y cualidades distintas a las que se muestran normalmente en el trabajo.
La cena de empresa brinda la oportunidad de compartir momentos lúdicos y relajados con las mismas personas con las que habitualmente se comparten situaciones de presión y estrés, por lo que se considera que alivia el estrés. A esto se suma que la comunicación se hace más fluida, los temas de conversación suelen ser amenos, y se favorece la participación y la escucha activa.
Además, se favorece la creación de vínculos y hace que uno se sienta realmente parte del equipo y que aumente la motivación y las ganas de ir a trabajar para dar lo mejor de nosotros mismos.
Cómo actuar
- Dónde sentarse y con quién estar: Es conveniente hablar con todos los compañeros, no parecer fríos y aprovechar la oportunidad para interactuar con quien menos relación se tenga en el trabajo. A la hora de elegir sitio debe tenerse en cuenta la gente con la que uno se sienta más cómodo. Lo más recomendable es elegir una mesa o lugar en el que esté cerca alguno de los compañeros más afines con los que se suele tratar en el trabajo y algún otro con el que apenas se suele interactuar.
- De qué hablar: Estas cenas no son el lugar idóneo para mostrar críticas, más bien todo lo contrario, son el espacio ideal para limar posibles asperezas no resueltas.
- Cómo comportarse en la mesa: cuidado con el alcohol: Las cenas de empresa son el peor momento de todo el año para sobrepasarse con las bebidas alcohólicas. Cada persona debe tener claros sus límites a la hora de beber y estar atentos para no sobrepasarlos.
- Cómo actuar con las fotos y vídeos: La eclosión de las redes sociales conlleva una pérdida de la privacidad de las fotografías. Por ello hay que extremar el cuidado a la hora de elegir las imágenes que se vayan a subir a la red, ya que no solo se puede poner en peligro la reputación de un compañero, sino de la propia empresa.
- Hasta qué momento quedarse: Una retirada a tiempo es una victoria, pero especialmente en una cena de empresa. Si alguien siente que no se ha controlado lo suficiente con la bebida será mejor que abandone la cena, aunque no debe hacerse antes de haberse acabado los postres.
Aquí puedes escuchar todos los consejos de Iria Fernández: