
Hasta ahora, la situación 2 se aplicaba únicamente a incendios concretos, pero el avance simultáneo de las llamas en distintos puntos del territorio ha llevado al Gobierno gallego a ampliar esta medida de forma inédita. El decreto permite movilizar de manera inmediata todos los recursos disponibles, incluidos refuerzos de otras comunidades y de la Unidad Militar de Emergencias (UME), así como ampliar turnos de trabajo y agilizar trámites administrativos para que el despliegue sea lo más rápido posible.
A las 13:30 de este martes, según el último informe oficial emitido por la Xunta, el incendio más grave sigue activo en Chandrexa de Queixa, en la parroquia de Requeixo, donde el fuego ha arrasado ya unas 3.000 hectáreas desde el viernes. La proximidad de las llamas a varias aldeas ha obligado a mantener la máxima atención. En la zona trabajan más de 200 efectivos, con 14 técnicos, 51 agentes, 79 brigadas, 40 motobombas, 9 palas, 6 unidades técnicas de apoyo, 12 helicópteros y 14 aviones, además de la UME, que se incorporó a las labores de extinción en las últimas horas.
En Vilariño de Conso, el incendio de Mormentelos permanece estabilizado desde la noche del lunes, pero la cifra provisional de superficie quemada asciende a 180 hectáreas. Los equipos desplazados —14 agentes, 18 brigadas, 13 motobombas, 2 palas, 1 unidad técnica de apoyo, 2 helicópteros y 4 aviones— mantienen un trabajo constante para evitar que el viento o las altas temperaturas reaviven las llamas.
La Xunta advierte de que la extensión de la situación 2 a toda la provincia responde a un riesgo «sin precedentes» en Ourense. La simultaneidad de varios grandes incendios, algunos muy próximos a zonas habitadas, obliga a coordinar los esfuerzos con un criterio de máxima prioridad y a reforzar la vigilancia para impedir que surjan nuevos focos.
Según datos oficiales, Ourense concentra este martes los incendios forestales más graves de Galicia, y la previsión meteorológica para las próximas horas —con temperaturas elevadas y viento variable— mantiene la alerta. El dispositivo trabaja contrarreloj para proteger a la población, preservar el patrimonio natural y evitar que el fuego se propague a zonas aún sin afectar.
El fuego corta la conexión ferroviaria Galicia–Madrid
El impacto de los incendios no se limita al terreno forestal. Desde las 13:45 horas, la circulación de trenes en el corredor Galicia–Madrid está suspendida por un incendio con varios focos entre Taboadela y Ourense. Adif ha cortado la tensión eléctrica en el tramo a petición de los bomberos, y Renfe ha activado un plan alternativo por carretera para los trenes afectados.
Uno de los más perjudicados ha sido el AVE Madrid Chamartín (11:17)–Vigo Urzaiz (15:26), que quedó detenido en Taboadela y tuvo que retroceder hasta A Gudiña para que sus pasajeros fueran transbordados en una decena de autobuses. La interrupción afecta tanto a los trenes de alta velocidad entre Madrid y Galicia como a los que cubren la ruta Santiago–Ourense.
Montes en llamas, aldeas en vilo
En los montes de Chandrexa y Vilariño, el aire está cargado de humo y el cielo se tiñe de tonos anaranjados y grises. Las columnas de fuego avanzan a un ritmo que obliga a los equipos a multiplicar esfuerzos, mientras las aldeas cercanas permanecen en alerta y los vecinos siguen de cerca la evolución de las llamas. Cada hora sin reactivaciones es una victoria, pero la batalla contra el fuego continúa abierta en una provincia que nunca había vivido una situación de emergencia de esta magnitud.