Si bien es verdad que las obras en una carretera siempre son molestas para aquellos que las transitan, lo de la N-536 entre O Barco y Sobradelo es casi de «juzgado». Aunque vamos a dejarlo en foto denuncia.
Este tramo de carretera tiene un tráfico intenso, sobre todo a primera hora de la mañana y a media tarde —es el paso de los trabajadores de las pizarreras—. Ahora, a esto le sumamos debido a las obras semáforos, salidas de camiones y también «fochancas». Pero no unas «fochancas», cualquiera, no; las hay de más de medio metro.
Hasta más de una docena he llegado a contar en un tramo de unos cuatro kilómetros y en una he llegado a «meter la rueda» y ¡menudo susto! Poco me pareció que reventaran los amortiguadores, pero finalmente sólo quedó en eso, en un susto.
No te quiero contar cuando llueve. Se convierten en depósitos de aguas, que en muchas ocasiones casi no distingues y entonces, susto de nuevo.
Las fochancas más grandes y profundas están en el tramo que va desde el cruce de Casaio hasta debajo de Millarouso, que es la zona donde pasan los camiones de las obras de circunvalacióny que viene siendo la razón del estado lamentable del firme. La falta de reparación, según he podido saber, se debe a que «no es competencia de Conservación de Carreteras» ya que cuando un tramo de carretera entra en obras «asume la conservación la constructora».
Sea quien sea el que la tenga que reparar que lo haga cuanto antes, no esperemos a que se produzca un accidente y luego nos tengamos que lamentar.
Comienzan siendo baches, se convierten en socavones y acaban siendo verdaderos cráteres que si ya son peligrosos de por si, más en una carretera tan transitada como es la N-535.
