
Los alumnos valdeorreses se adaptan a los cambios de el cole a distancia, al tiempo que los profesores redoblan sus esfuerzos para no mermar su aprendizaje
Suena el despertador; desayuno, me aseo y al cole. Esta es
la rutina, entre septiembre y junio, de cualquier niño en Valdeorras (y en el
resto de España). Una práctica que siguen realizando durante el Estado de
Alarma pero el cole, ahora, está en
casa.
Preparar clases, dar tutorías, ver a los alumnos…son
actividades normales para un profesor. Tareas
que siguen realizando en tiempos de COVID-19
pero desde sus casas.
Y es que ha quedado claro desde el primer momento; si los alumnos no van a clase, el cole va a los alumnos. La suspensión de la actividad académica presencial no ha frenado el curso escolar pero si ha provocado que los profesores de la comarca de Valdeorras hayan tenido que reinventarse para poder seguir impartiendo lecciones.
La gran mayoría de centros educativos han puesto en marcha clases a distancia, estructuradas por
materias y con tareas para que sus alumnos pierdan la menor carga lectiva
posible durante estas semanas. Las incógnitas sobre cómo se harán los exámenes de esta evaluación o la manera en la que
se finalizará el curso académico no
han servido como pretexto para paralizar la actividad académica.
Plataformas
educativas en tiempos de coronavirus
Desde el centro de Educación
Infantil Condesa Fenosa de O Barco aseguran que cuentan con una serie de grupos de difusión a través de WhatsApp para enviar las tareas a los
alumnos. Además cada tutor tiene un blog
así como un correo electrónico donde
recibe las tareas ya hechas.
"Los alumnos de 5º y 6º siguen usando AbalarMobil, la app de la Xunta de Galicia y que ya venían utilizando. De esta manera trabajan con el libro electrónico y en la misma plataforma se hace la corrección”, explica el jefe de estudios del centro, Xoaquín Freixeiro.
En el Condesa Fenosa cada ciclo educativo cuenta con una plataforma especializada en sus
conocimientos. Así, 3º y 4º de primaria estudian a través de Snappet mientras que 1 y 2º lo hacen con
Anaya Digital. “Con todos ellos el trabajo es de refuerzo, no hay material
nuevo”, ha explicado el jefe de estudios.
Además, en la web del centro, los profesores proponen actividades para hacer en familia como pueden ser retos físicos para mantenerse en forma así como ejercicios destinados a los más pequeños sobre el coronavirus y cómo los alumnos pueden ayudar a combatirlo.
La brecha digital
La mayor problemática con la que se están encontrando los profesores es que no todos los alumnos tienen el mismo acceso a Internet o un dispositivo para ellos. Por esta razón, el centro Otero Pedrayo de Viloira entrego material impreso a los alumnos. “Puede ser muy agobiante para algunas familias”, ha explicado Reme Arias, directora del centro.
Aun así, también utilizan plataformas educativas a través del aula virtual del centro y apoyan esta información con grupos de WhatsApp o llamadas virtuales. “Los cursos de 5º y 6º ya trabajaban con una App y cuenta con un portátil del colegio por lo que en este ciclo ha sido más sencillo”, ha explicado la directora quien resalta que es complicado tanto para padres como para alumnos y profesores. “La red se cuelga, no hay dispositivos…tratamos de transmitir tranquilidad, que esta situación no genere angustia en las familias”, ha expuesto señalando que esta etapa no puede ser evaluable, “porque sería injusto”.
Destaca Arias que es una nueva forma de aprender para los más pequeños pero también para padres y profesores. “Tenemos que potenciar las actividades manuales o físicas, y una oportunidad para que los niños estén más tiempo con los padres”, destaca.
Claustro virtual
A pesar de apoyar la educación en familia, el Otero Pedrayo continua trabajando en dar un mejor servicio a los padres. Por ello, hace dos días, recibieron formación para poner en marcha una plataforma con actividades interactivas. “Hicimos un claustro virtual y nos hizo ilusión vernos las caras”, reconoce.
Claustros virtuales también realizan en el centro Pablo VI de A Rúa, tal y como relata su jefe de estudios, Avelino Ferradal. “Lo hacemos a través de Educamos que también utilizamos como plataforma para conectar con los alumnos”, destacando que tratan de seguir el mismo horario que el resto del curso.
Reconoce Ferradal que esperan a la decisión del gobierno sobre qué ocurrirá con el curso escolar. “Si esto se prologan tendremos que echar el freno al número de actividades que se mandan a los alumnos porque para ellos tampoco es sencillo”, puntualiza. “Es una situación anormal en la que no puedes hacer clases normales porque, además, no todos los alumnos tienen las mismas condiciones”, puntualiza.
Alexia es la plataforma que utilizan en el centro Divina Pastora donde los alumnos de primaria e infantil realizan actividades online, además de trabajos realizados por padres y alumnos.
Sobrecarga de trabajo
docente
No ocultan los profesores que para ellos es un doble esfuerzo ya que además de preparar las actividades, las suben a las plataformas que sean necesarias y después corrigen. Además de atender las dudas de los padres por teléfono, WhatsApp, o de manera virtual. Coinciden en que no se puede ampliar contenidos y aconsejan a las familias mantener un horario.
“Las actividades que les mandamos en primaria no pueden llevarles más de 20 o 30 minutos en cada materia”, destaca Silvia Cruz, profesora en el Otero Pedrayo. “Estoy sobrecargada de trabajo pero valoro mucho lo que están haciendo los padres, que están trabajando mucho”, subraya.
Respecto a que pasara con el curso escolar Silvia apuesta por que no se acabe ya y que, si es necesario, se amplíe. “A mi si me dicen que tengo que trabajar julio, o incluso agosto, no me importa. Los padres que trabajan tienen en verano que llevar a los niños a campamentos o actividades, pues si este año es así no hay problema”, destaca refiriéndose a que, en cuanto la situación lo permita, los alumnos deben recuperar sus rutinas y seguir adquiriendo conocimientos.
Desde el Condesa Fenosa aseguran que ampliar el curso no es un mala solución ya que, si se acorta no pueden cumplir los objetivos y recuerdan que los profesores siguen trabajando. “El equipo directivo está en el centro para atender las consultas y la comunicación pero los profesores están prologando más sus jornadas”, destacan. “Atienden a padres, tutorías, ponen tareas, animan a los alumnos, corrigen…”enumeran.
¿Y las familias?
Y las familias, ¿cómo lo llevan? Silvia Cruz es profesora de primaria pero también madre de dos niños de 7 y 3 años. “El pequeño lo lleva algo peor pero, la verdad, pero se están portando muy bien”, destaca.
Una de las dificultades que se encuentran las familias es “cuadrar horarios” para que los padres puedan trabajar y los hijos estudiar, todos con dispositivos móviles, conexión a Internet y en un mismo espacio. “Hay padres que solo tienen su móvil y debemos adaptarnos a eso”, explica Silvia Cruz.
Desde su experiencia, ella opta por seguir una rutina. “Se levantan más tarde que antes, también se acuestan más tarde, y así yo puedo trabajar mientras ellos duermen. Por las mañanas se dedican a sus actividades escolares y por las tardes jugamos mucho con ellos; hacemos experimentos, manualidades, recetas… También vemos películas, hacemos palomitas…Tengo la suerte de que, cuando mi marido no trabaja, está en casa y puede estar también con ellos”, detalla.
Reconoce que es un doble esfuerzo. “Tengo que trabajar, atender a mis hijos y hacer las cosas de casa”, detalla Silvia poniéndole voz a la problemática que viven todas las familias. “Llevamos en casa desde el sábado 14 de marzo y la verdad que los niños se portan de maravilla. Y salir a las 20.00 horas a aplaudir les encanta porque también ven a los vecinos de enfrente y le gusta verlos y hablar con ellos”, detalla refiriéndose a un acto que se ha convertido en costumbre en toda Valdeorras.
Un mensaje optimista en unas semanas complicadas para todos al que suma la reflexión que suponen los adelantos tecnológicos a la hora de conseguir que el curso pueda salir adelante, pero que también pone de manifiesto la gran brecha digital, que en 2020, continua muy presente.