jueves. 28.03.2024
Rubiá

La singularidad de la Serra da Enciña da Lastra

 

 

 

 

 

 

 

 

Especies mediterráneas en Galicia, orquídeas únicas en el mundo, piedra caliza en el reino de la pizarra y una calzada romana son solo algunas de las particularidades del Parque de la Serra da Enciña da Lastra, el hogar de las aves rapaces

 

 

 

 

Hubo un tiempo en el que el poliestireno no era el material con el que se fabricaban las señales. Una persona podía conocer el camino siguiendo la orientación de las estrellas, el musgo que crecía en las piedras o los árboles que enmarcaban el sendero. Tal y como se hacía en la Serra da Enciña da Lastra.

 

 

Así ocurrió en la entrada de Rubiá desde la provincia de León cuando los caminos se recorrían a pie o en simples carruajes tirados por caballos. Una encina de extraordinarias dimensiones referenciaba la ruta a los viajeros, tanto que ahora da nombre a la Serra da Enciña da Lastra. Puede ser que sea la misma que, ubicada junto al cementerio de Covas, está reconocida como árbol singular por la Xunta de Galicia.

 

 

 

 

 

 

Encajado en los valles del río Sil, las 3.151,67 hectáreas de superficie del parque guardan miles de secretos que pueden ser hallados por el visitante si sabe buscar: farallóns calcáreos, palas (grutas) secretas, orquídeas silvestres y especies mediterráneas decoran su peculiar arquitectura como la ermita de Santo Estevo de Pardollán. El conjunto de todos estos elementos es digno de admirar desde los miradores del parque. Destacan el de la Caprada en Oulego, el del Alto de la Escrita en Biobra, el Tanque de Covas y la Portela, en Vilardesilva.

 

 

 

 

 

 

La Serra da Enciña da Lastra fue reconocida como parque natural de Galicia en 2002 pero la historia milenaria gallega ha discurrido tanto por su piedra caliza como por su calzada. Y es que el sustrato calcáreo de las rocas fijó la historia del lugar. No son habituales en Galicia los roquedos y farallóns que dibujan el paisaje de la agreste serra.

 

 

Vía Nova

 

 

Esta singular zona de carácter mediterráneo — cuenta con menos de 600 l/m2 de precipitaciones anuales, siendo la zona más seca de Galicia— y acento castrapo fue vía de paso desde la época romana, ya que la famosa Vía Nova, que entra en Galicia desde Portugal por la Serra do Xurés continua su trayectoria camino a Astorga por este parque. Y no es de extrañar, muy cerca del mismo se encuentran las minas de oro de las Médulas, uno de los vestigios más importantes de la romanización.

 

 

Visión de Las Médulas desde la Serra da Enciña

 

 

La Vía Nova accede por la zona más alta de la serra, por el mirador de Portela justo en la frontera entre Ourense y León. Antes de este, en Covas el visitante ha podido ya observar los caleiros, hornos donde se quemaba la piedra caliza para producir cal viva.

 

 

 

 

 

 

A un kilómetro del primer mirador está el segundo y comienza el suave descenso mientras se camina entre encinas y castaños hasta llegar a Biobra; donde se ubica el centro de visitantes del parque, para continuar descendiendo por la falda de la montaña, mientras las vistas al valle del Galir se abren como un telón.

 

 

 

 

 

 

Tras cruzar un puente de hormigón el camino desemboca en Porto para seguir por el único tramo urbano. Pronto los matorrales y terrenos cultivados vuelven a dar la bienvenida al caminante. Las vaguadas de los arroyos son utilizadas para no tener que ascender y salvar la colina que separa O Real del siguiente pueblo, A Veiga de Cascallá. Es momento de pararse para admirar su iglesia, transportada piedra a piedra desde la localidad de Alberguería antes de que esta fuera anegada por el embalse de Prada.

 

 

A la salida de A Veiga de Cascallá, la vereda sigue trepando por la ladera de la montaña mientras las retamas, castaños y pinos aislados dan lugar a un denso castañar.

 

 

 

 

Así, el río Cigüeño y los viñedos de la Denominación de Origen Valdeorras serán la compañía actual hasta llegar a Rubiá. Denominada así por un “ara” o altar de piedra que se encontró en la zona. Un monumento dedicado a Ravveana Bareco, con la inscripción Albino Tito Torubo. Bareco es una divinidad de origen celta y Ravveana se supone una divinidad local, porque es la que le otorga el nombre de este lugar, y no se repite su nombre en otros lugares. Es el último lugar del concello por el que transita la Vía Nova antes de llegar a la localidad barquense.

 

 

Piedra caliza

 

 

Aunque la pizarra es la piedra por excelencia de Valdeorras y el granito la de Galicia, el particular entorno natural de la Serra se compone de tierra caliza, cuya menor dureza ha permitido la formación de grutas naturales.

 

 

Dentro del parque se han documentado unas 20 cuevas — la mayor red de cavidades subterráneas de la comunidad— así como planos de galerías de hasta cien metros de longitud. Pala Cumbeira, Pala da Zorra, Pala Pereda, Pala Cubelas... son los nombres de algunas de estas cavidades dentro de la tierra que suponen un reino de estalactitas y estalagmitas. El nombre de palas es de origen prerromano que significa cuevas. Algunas de gran longitud, como la Cova da zorra (600m) e hitos en la espeleología gallega como la pala de Xilberte, la pala do Pombo, la de Trasmonte o la pala de Tralapala.

 

 

 

 

 

 

Por el contrario de sus cuevas, sus montañas son de baja altitud, aunque forman desfiladeros abrazando el río Sil que se acentúa en formas como las del barranco del Val do Inferno, las torres montañosas los Penedos de Oulego y el estrecho de Covas que constituye la experiencia estética de los viajeros que atraviesan en tren la comarca.

 

 

La casa de los murciélagos

 

 

La particularidad de su piedra en forma de cuevas así como los cañones convierten a la Serra da Enciña en un interesante refugio ornitológico. Un ejemplo son sus cuevas cuyos habitantes son colonias de murciélagos. Aquí están catalogadas nueve especies con posibilidad de hasta 15.

 

 

Además, la inaccesibilidad de los cañones y acantilados es perfecta para el establecimiento de las aves rapaces como la presencia en exclusiva del Picogrueso, así como el Águila Real, Búho Real, Halcón Peregrino y de Aviones Comunes y las chovas. En total, más de 100 especies de aves nidifican en la sierra.

 

 

Respecto a la fauna, podemos encontrar jabalíes, gatos monteses, tejones, corzos y nutrias. Cuenta además con una muy variada diversidad de reptiles como la lagartija ceniza, muy escasa.

 

 

 

 

El escondite de las orquídeas

 

 

Si alguien quiere conocer las especies vegetales de Galicia, en el parque de la Serra da Enciña puede conocer la mitad de ellas. Pero la reina es sin duda la orquídea silvestre, de las que 25 especies solo se dan en este pequeño parque, y al menos la mitad de ellas son únicas en el mundo.

 

 

En realidad, la flora de la Enciña da Lastra es un tanto peculiar en Galicia, ya que tiene ciertas características mediterráneas. Castaños, alcornoques, rebolos (roble de tronco pequeño), almendros, olivos y plantas aromáticas como el tomillo, el orégano o la lavanda se dan cita en este parque donde la encina es la reina. Especies arbolisticas que se ven acompañadas de castaños, otro de los regalos que los romanos dejaron en el lugar.

 

 

La flora de la Lastra ofrece 62 especies endémicas de la península Ibérica o de Galicia. Cabe subrayar también que 26 de los taxones de flora están en una situación vulnerable, lo que hace aún más necesaria la conservación y cuidado del entorno.

 

 

Rutas de senderismo

 

 

Sin duda la mejor manera de conocer este parque es a través de las diez propuestas de rutas de senderismo o de un paseo en kayak.

 

 

Son rutas acondicionadas y bien señalizadas para disfrutar de este singular paisaje gallego: una de baja intensidad para senderistas noveles de apenas 25 minutos denominada ‘Ruta Tras os Penedos’, otra de baja/media, ‘Ruta del Valle del Sil’, varias de intensidad media como son ‘Ruta o Real de Oulego’, ‘Ruta de la Vía Romana’, ‘Ruta de la Ermita de Santo Estevo’, ‘Ruta de As Galegas’ ‘Ruta de As Dúas Vertentes’ y ‘Ruta Baixo de Páramo’. Finalmente puedes encontrarte con la ruta de intensidad baja/alta ‘De Caleiro’ y una última de intensidad media/alta ‘Ruta Soutos baixo Pena Falcueira’.

 

 

 

 

Vayas como vayas debes conocer el parque de la Serra da Enciña da Lastra, porque este jardín de las delicias valdeorrés, escondido y poco conocido, puede hacerte sentir en el medio del Paraíso.

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

La singularidad de la Serra da Enciña da Lastra