En las últimas horas han atravesado esta ruta jacobea por Valdeorras más de una docena de personas
En las últimas horas han atravesado el Camiño de Inverno a su paso por El Bierzo y Valdeorras más de una docena de peregrinos. La ruta jacobea tiene «tirón» en el mes de agosto, incluso para los «primerizos», una vez más por aquello de su singularidad, soledad y belleza.
Es el caso de Antonio Alguacil y Andrés, de Granada. «Nos apetecía empaparnos de paisaje, conocer Las Médulas. Es duro, pero la experiencia es muy agradable, extraordinaria», comentan.
Los peregrinos van haciendo conocidos pisada tras pisada. Caminan juntos e intercambian impresiones. Ambos se han encontrado en la ruta a Francisco Piqueras y Brígida Sánchez, de Bilbao, que ya han realizado otras rutas jacobeas, la más reciente, la Ruta de la Plata.
«No sabríamos decir cuál es el más duro. En cuanto a la belleza, nos gustó mucho el Primitivo, pero el de Invierno nos está gustando mucho», relatan Francisco y Brígida. Les ha llamado la atención el río Sil y la pasarela colgante de Penouta —Vilamartín—, que «es una pasada de bonita», indican.
Partieron de Ponferrada y prevén que caminarán 11 o 12 días hasta llegar a Santiago. En sus mentes está, nada más pisar la «meta» de la peregrinación, abrazar al Apóstol.
Peregrinan, en el caso de Antonio y Andrés, «por desconectar de la rutina del trabajo y como alternativa antiestrés», mientras que Francisco y Brígida lo hacen por razones culturales y «afrontar una nueva experiencia, después de haber recorrido otros».
Todos ellos, al igual que otros que han realizado el Camiño de Inverno, coinciden en que existe poca infraestructura hostelera a lo largo del Camino de Invierno, al menos desde Ponferrada hasta Valdeorras. «Diría que es una ruta en la que todavía no piensan en el peregrino como tal», opina Francisco Piqueras. Detecta «que no piensan en el Camino como negocio» y anima a las instituciones a seguir trabajando para que exista «mayor infraestructura».
Aún así, todos ellos están satisfechos de haber elegido esta opción. Con sus mochilas a la espalda se despiden de Valdeorras.
El Camino continúa.
Texto y fotografías: Susana Prieto