domingo. 15.06.2025

La historia de Valdeorras, en Carballeda

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El municipio de Carballeda ofrece patrimonio, naturaleza y un complejo acuático donde disfrutar del verano

Un bosque singular, numerosas leyendas, la economía de la comarca extraída de sus entrañas, minas de pizarra, montañas casi permanentemente nevadas en invierno y el desarrollo de Valdeorras son solo algunos de los secretos que esconde el concello de Carballeda de Valdeorras, uno de los mejores lugares en los que disfrutar del verano.



Carballeda es uno de los puntos más altos de la comarca (y de Galicia), pasando de apenas 400 metros de altitud a los más de 2.000 que tienen algunos de los picos montañosos ubicados en el término municipal. También es el lugar en el que disfrutar de los paisajes rivereños entorno al río Sil y del Casoio y de los de alta montaña, con las cumbres más elevadas de Galicia.

No se puede visitar Carballeda sin conocer O Teixadal, una verdadera joya ya que es el bosque más grande de tejos de Europa y ubicado en las proximidades del macizo de Peña Trevinca. Único en su especie en Europa cuenta con más de 400 ejemplares de tejo, algunos centenarios y otros con más de mil años de antigüedad. Su origen se remonta a la era terciaria cuando toda Europa estaba poblada por este tipo de especie. Se trata de un conjunto natural protegido. Además de tejos, también pueden encontrarse robles, acebos y avellanos. Relativamente cerca del Teixadal está otro bosque interesante, Foio Castaño, por su gran variedad de especies arbóreas.

Para acceder al bosque podemos hacer una ruta de senderismo que pasa por las antiguas minas de wolframio de Valborraz, explotadas durante los años 50 por los alemanes. La ruta también permite visitar el valle del río de San Xil en donde veremos la ermita de San Xil.

Siguiendo por las cercanías de Peña Trevinca, se encuentra Fonte da Cova en la ladera de la montaña y que se suele encontrar cubierto de nieve; un paso obligado para realizar alguna de las múltiples rutas del concello. Aquí se encuentra el refugio del Club Peña Trevinca así como lugares para el hospedaje en la zona. Precisamente es este club quien ha recuperado varias rutas, todas con salida desde la explanada de la Cabrita.

Fonte da Cova

Y después de los puntos más altos del concello, la visita continua por aquellos más cercanos al nivel del mar como el entorno del Embalse de Pumares. A 400 metros de altitud, la vegetación típicamente ribereña acompaña la vista en la que los patos serán, seguro, los protagonistas. Apto para la pesca y la práctica de deportes náuticos, es un buen lugar para darse un chapuzón.

Aunque para dicho fin, no se puede dejar de visitar las magníficas piscinas de Sobradelo que además, cumplen con todas las medidas de seguridad para evitar contacto entre las personas. Consta de dos piscinas infantiles, además de otra grande y un jacuzzi. Una de ellas va depurada con sal marina y es la que más se asemeja a un entorno marino. También se ha optado por un decorado urbano, con suelo de PVC, que no quema los pies.

Tras refrescarse en este punto, el paseo puede continuar por el paseo del Malecón en la ribera del Sil hasta llegar al Puente de Sobradelo: siete arcos de piedra roja y una gran historia detrás. En la Guerra de la Independencia, el Abad de Casaio, Juan Ramón Quiroga, al frente del ejército de voluntarios de Valdeorras, mandó derribar el arco principal para evitar el paso de las tropas enemigas al otro lado del Sil.

Uno de los últimos descubrimientos del municipio, son las pinturas rupestres y que destacan por ser el hallazgo más grande y mejor conservado de Galicia. pinturas esquemáticas prehistóricas descubiertas en la aldea de Casaio el pasado año por parte de un equipo integrado por investigadores del Instituto de Ciencias del Patrimonio y de la empresa Estela Arqueoloxía.

Así, Carballeda ofrece al visitante patrimonio, naturaleza y un complejo acuático donde disfrutar del verano.

La historia de Valdeorras, en Carballeda