La parte que iniciaron «Os Escarvadores» deparó la manifestación del uso de pizarra para tejados y uno o varios edificios con alturas, entre otros hallazgos
El Castro de Valencia do Sil es «un tesoro» por descubrir. Con estas palabras, define el alcalde de Vilamartín, Enrique Álvarez Barreiro, la trascendencia de las últimas excavaciones en el mismo. Este yacimiento ha ido saliendo a la luz muy poco a poco ya que, tal y como se ha comentado en varias ocasiones, sólo un uno por ciento de tres hectáreas y medias está excavado.
El «ala este» del castro, la parte iniciada por «Os Escarvadores» allá por la década de los 60 hasta 1985, deparó recientemente la podría ser la primera manifestación de una cubierta de pizarra, un pavimento de mortero de cal, monedas, una jarra y los indicios de uno o varios edificios con alturas.
El arqueólogo Santiago Ferrer señala que lo que inicialmente «Os Escarvadores» pensaron que eran cabañas castrexas corresponde a lo que podrían ser uno o varios edificios —no está claro el número— de época romana, «del siglo III al siglo IV después de Cristo», matiza. No se sabe si son uno o varios edificios porque porque van imbricados, es decir, superpuestos unos con otros.
Detalló que apareció un lienzo de muros en capa inferior. «Pensamos que corresponde a unha remodelación, que se tirou un muro para ampliar unha de dúas habitacións», indicó. De hecho, hasta disponen de un pasillo de acceso a estancias con lo que serían escaleras. Lo que más ha extrañado es la proliferación de «lareiras», sobre todo en la parte trasera .
El resultado fue que dichas habitaciones estaban pavimentadas con grandes losas de pizarra. Además apareció un nuevo estrato o capa que se interpreta como el derrumbe del edificio y, por sorpresa, se descubrió el pavimento con mortero de cal, que estaba volteado, «posto ao revés, o que está indicando que posiblemente este edificio tivera unha planta superior».
También en el derrumbe, se halla por primera vez una cubierta de pizarra, la primera representación de uso de pizarra para tejados, «lousa recortada con cravos postos», aclara.
A su vez fue localizado otro material como cerámica, una jarra tardía del siglo IV e incluso una pieza grabada con el nombre del propietario, «un tal Silvano», y monedas.
«Fáltanos por excavar a parte dianteira para completar a idea de como sería», detalla Ferrer. En este sentido, citó que la aparición de una cerámica de época medieval confirmaría su ocupación al menos hasta esta época.
Por su parte, Pepe Fernández, presidente de la sección de Arqueoloxía del Instituto de Estudios Valdeorreses, cita más material hallado en esta parte Este del yacimiento: alguna pesa de telar —«pondos»— y una «fusaiola» —un disco redondo para hacer un huso de un telar—.
Aún cuando comparte que es una de las primeras manifestaciones de uso de pizarra en tejados, con piezas recortadas, agujereadas y con el clavo puesto, esgrime que de la primera cubierta de losa de la que se tuvo constancia apareció en la Villa San Salvador de A Proba —O Barco—.
También difiere de la época datada, postromana, cuando entran Os Suevos, porque «hai moedas dos siglo II, III e IV , de modo que época romana. Eu non me aventuro a dicir que é suevo».
La idea es seguir excavando y hacer una campaña similar. Hasta ahora se excavó la parte trasera de la edificación y «hai que excavar as habitacións de adiante hacia a calle». Una excavación que se prevé poder realizar el próximo verano.
Y recordó que el grupo de investigadores Sputnik Labrego realizó la excavación en otra zona, la parte Oeste del Castro de Valencia do Sil, donde fueron encontrados los restos de una casa con estuco en las paredes y restos de una fragua.
El castro de Valencia do Sil aspira a seguir con las excavaciones.
Texto: Susana Prieto