El fuego se ceba con el oriente ourensano. Al incendio de Valdeorras se suma otro activo desde el pasado viernes en Pradoalbar —Vilariño de Conso—, que ya ha calcinado 5.500 hectáreas según los últimos datos de la Consellería de Medio Ambiente. «Llevamos una semana sin dormir prácticamente y con una angustia terrible», asegura la alcaldesa, Melisa Macía.
Las condiciones meteorológicas y la orografía del terreno están siendo dos factores determinantes ante las complicaciones que surgen para extinguir las llamas. «El incendio se hace más virulento por las noches y el viento lo mueve a las poblaciones. La pérdida natural y ecológica es un desastre, pero peor sería las personales o materiales».
Ayer, por ejemplo, las labores de extinción tuvieorn que llevarse «entre las casas. No hay nada que hacer más que esperarlo en el pueblo». En cuanto a la situación del parque natural de O Invernadoiro, «las pérdidas son muy importantes y seguro que mucha fauna se ha quedado atrapada. Nos estábamos recuperando de los incendios de 2017 y, sinceramente, no sé cuándo nos vamos a poder recuperar de estos».
Según el último parte de la Consellería de Medio Ambiente, este fuego ya ha calcinado 5.500 hectáreas. En estos momentos continúa activo y en su control trabajan 5 técnicos, 46 agentes, 101 brigadas, 49 motobombas, 5 palas, 9 aviones y 13 helicópteros.
