viernes. 19.04.2024

El lugar perfecto para descansar, para conocer la historia de Valdeorras; sus uvas, la pizarra y las características de una tierra que no deja indiferente a nadie

Bañado por las aguas del Sil, la localidad de Vilamartín de Valdeorras es uno de los lugares más espectaculares en los que disfrutar de las horas estivales. El sol, las viñas, la vegetación y una tierra muy particular son la mejor compañía para este verano atípico en el que, tal vez, la mejor idea sea permanecer en nuestro orígenes, conocer la historia de dónde venimos y cómo podemos dar a conocer estos lugares mágicos en la “nueva normalidad”.

Una “nueva normalidad” que ya está presente en las piscinas de Vilamartín donde se han colocado dispensadores de gel hidroalcohólico en diferentes puntos del recinto. Además el concello ha delimitado por parcelas el césped. También se está realizando la limpieza de baños y vestuarios de forma más asidua. Sin duda, la mejor manera de disfrutar del sol y del refrescante baño de una manera segura.

También podemos deleitarnos en el descanso y tomar el sol en la zona de O Bañadoiro que riegan las frescas aguas del río Sil. Una zona llena de frondosos castaños y bosques repoblados de pino y nogal además de especies animales diversas; un lugar perfecto para la pausa. Un punto en el que no podemos dejar de encaminarnos al puente colgante para tomar una perfecta estampa de la zona.

O Bañadoiro

En ese lugar podemos recordar la historia de este concello que fue la capital de Valdeorras y en el que un buen número de pazos y casas blasonadas nos hablan sobre cómo fue allí el discurrir de la vida. También de ello nos hablan las Covas, las cuevas excavadas en la tierra, con el objetivo de mantener la temperatura necesaria para la conservación del vino. Aunque es tradicional la fiesta estival en las de Vilamartín (y en las de Arcos) este año la celebración deberá posponerse.

Puente Colgante en Vilamartín

Y precisamente en Arcos es donde se encuentran unos interesantes petroglifos de la Edad del Bronce. Fue catalogado en el año 1982 por José Fernández y se puede considerar como una obra que mezcla figuras de petroglifos de tipo atlántico con figuras de sus homólogos leoneses.

Imagen de archivo de la Festa Coveira en Arcos

Pero volviendo al gran número de pazos que pueblan el lugar: Arcos, A Portela, Outeiro…con  escudos de armas y galerías en sus fachadas; hay uno que llama especialmente la atención: el pazo de Arnado o Castillo de Torre Penela, nunca finalizado.  Está situado en los terrenos de un antiguo priorato de la Orden de Santiago y con una arquitectura diferente a cualquier otra construcción en la zona. Destacan las torres de sus extremos rematadas en almenas de lados escalonados y calado central en cruz.

Pazo de Arnado

Vilamartín guarda un gran número de rincones espectaculares, como los que se encuentran paseando por Corgomo. Un buen lugar también para disfrutar del arte que ofrece Córgomo Arte, un proyecto expositivo que nace de la mano de los artistas valdeorreses Manuel Conde y Torino. Y es que Corgomo es una tierra de arte en la que las musas habitan entre viñedos y pizarra. Precisamente es aquí donde nacía el poeta Florencio Delgado Gurriarán (Córgomo, 1903-Fair Oaks, EEUU, 1987). Un ilustre vecino del que sus paisanos no se han olvidado y siguen con su campaña para reclamar un Día das Letras Galegas para el poeta local.

Córgomo Arte

Y embriagados por el arte, la pureza de la tierra, el frescor del aire de Vilamartín y como las uvas godello se unen en racimos podemos acudir a la empresa local ViaNova Aventura, dedicada al turismo activo y de naturaleza. Con ellos podemos recorrer el río Sil donde practican rafting y kayak además de barranquismo y espeleología.

Imagen de Vía Nova Aventura

Y así, mecidos por las aguas del Sil, dejándonos llevar por sus corrientes podemos conocer el corazón de Valdeorras, Vilamartín donde los peregrinos del Camiño de Inverno descansan de su caminar hacia el Jubileo.

Imagen de Vilamartín en el Camiño de Inverno


Vilamartín mecido por las aguas del Sil