
Cada año por estas fechas, el Concello de Vilamartín realiza una analítica del estado del agua de todas las fuentes públicas del municipio. Tras la obtención del resultado, que este año refleja que el auga no es aceptable para consumo humano en 7 fuentes de las 17 totales analizadas, el Concello coloca unos carteles de advertencia de Agua no potable, que en ocasiones son retirados sin permiso. «A algunos vecinos no les gusta ver que el agua de su fuente, que están acostumbrados a beber desde siempre, se considere contaminada y de ello se advierta colocando un cartel. Y tanto no les gusta que lo retiran o lo rompen», explica Pablo Deramond, teniente alcalde del ayuntamiento vilamartinés.
Explica Deramond que lo único que hace el Concello es «cumplir con su deber de informar a la ciudadanía sobre la calidad del agua que están consumiendo de una fuente natural sin cloración, porque ninguna de las 17 emana agua clorada». Así, año tras año parece que el mensaje va calando y «el cartel se deja más tiempo, porque al principio hubo carteles que no duraron ni cinco minutos», cuenta. «Es importante advertir del peligro ya no sólo a los vecinos, sino sobre todo para los que vienen de otros lugares a buscar agua, por ejemplo a Arnado, donde estaba muy contaminada el día del análisis».
Las fuentes en las que el concello ha detectado, después del examen microbiológico, niveles de contaminación peligrosos para la salud, son las de la Plaza en Arcos, Cernego y Arnado, las fuentes del Cementerio y de la carretera de Arnado, ambas en Penouta, y la fuente de entrada a la Plaza y de Medio Pozo en Correxais.
En las 10 fuentes restantes los análisis bacteriológicos hacen posible consumirla por la ausencia o muy bajo nivel de contaminación microbiológica, pero se advierte de que su consumo será bajo responsabilidad del consumidor.