
El Geoparque Montañas do Courel, un territorio de especial valor geológico y paisajístico formado por los municipios de Quiroga, Ribas de Sil y Folgoso do Courel, acaba de celebrar su tercer aniversario. La Unesco, ente que otorga este reconocimiento a nivel internacional, anunció su declaración en 2019, durante una reunión en París.
Pero, celebraciones a un lado, Montañas do Courel ya trabaja con la vista puesta en la visita que la propia Unesco realizará este verano para ver si la comarca merece continuar dentro de la red mundial de geoparques, algo de lo aquí están «absolutamente convencidos», dice Roberto Castro, presidente de la asociación que agrupa a los tres municipios y teniente de alcalde de Ribas de Sil.

A pesar de ser un geoparque «humilde no aspecto económico e pequeno en poboación e superficie», para pasar esta nueva prueba de la Unesco volverán a escudarse en la enorme diversidad geológica del territorio, «que fai que en poucos desprazamentos se poidan ver formacións xeolóxicas e espectáculos paisaxísticos moi distintos», apunta Castro.

Además, van a transmitirles a los evaluadores que se desplacen a Montañas do Courel todo el trabajo que, «malia as enormes dificultades, sobre todo as relacionadas coa pandemia», llevaron a cabo en estos tres años.
En este sentido, volvió a ser decisiva la apuesta de los tres municipios, que orientaron sus políticas municipales e inversiones a potenciar el geoparque. Todo ello, señala Roberto Castro, a pesar de que el apoyo de Xunta y Deputación «foi un pouco escaso, porque necesitamos máis fondos». En Ribas de Sil, por ejemplo, llevan años trabajando en un Xeocamping de 150 plazas y en el Centro de Interpretación da Minería Aurífera Romana (Cimar), que esperan abrir este verano.

Servirá para solucionar, al menos en parte, una de las carencias que para Roberto presenta la comarca: la falta de plazas hoteleras, «que impide ofrecer grandes paquetes turísticos» en un territorio en el que «medrou moito a afluencia de visitantes, algo que pensamos que seguirá en aumento». Otras debilidades de este geoparque son la falta de personal propio o de «unha estrutura estable que garanta absolutamente a súa continuidade, pero non imos deixar que isto morra», aclara Roberto Castro.

Por supuesto, todo esto irá acompañado de nuevo de la implicación de los vecinos. «O noso capital máis importante é o capital humano. Foi fundamental cando nos visitou a Unesco en 2018 e vaino ser tamén cando realicen a misión de revalidación. Traballaremos nalgunha iniciativa para que os avaliadores comproben que a ilusión que fixo nacer o Xeoparque aínda perdura», explica.
La población local se identifica mucho con el Geoparque y también el sector productivo, que ve en él «unha oportunidade». Roberto Castro recuerda que los evaluadores, que se marcharon «abraiados pola implicación da sociedade», son conscientes «de que este territorio precisaba unha figura como a do xeoparque para prosperar», por lo que, junto a todo el camino recorrido en los últimos años, están plenamente convencidos de que seguirán ostentando el título.