
El santuario ha restringido las plazas de acogida debido a la pandemia
El santuario de As Ermitas de O Bolo nació con una voluntad de acogida y los religiosos que continúan viviendo en él mantienen esta misión, incluso en tiempos de Covid-19. Así lo ha asegurado José Antonio Crespo, uno de los sacerdotes de este santuario que sigue siendo un modelo de acogida y de generosidad.
Crespo declaró que siguen recibiendo a personas en circunstancias extremas pero con limitación. «Nos han pedido del ayuntamiento y del centro de salud, como es lógico, un poco de prudencia. Por lo que nos limitamos a casos extremos y con la prueba del coronavirus negativa», ha asegurado Crespo quien añade que, a pesar de la crisis, las llamadas siguen siendo muy numerosas y de todas partes de España. Y es que son muchas las personas, más desde la crisis económica consecuencia de la sanitaria, que han visto desaparecer sus recursos y están necesitados no solo de ayuda económica.
Actualmente el centro acoge a una veintena de personas, «en otros años, en esta época solíamos tener a más de 30 personas», ha destacado el religioso. «Esta mañana nos llamaron de Almería, de Madrid y de Murcia», detalló el sacerdote subrayando los diversos destinos desde los que llegan los interesados.
Respecto a las visitas turísticas al santuario, joya del barroco gallego, solo se pueden hacer durante la celebración de la eucaristía, que es los domingos y festivos a las 13.00 horas. «Antes si teníamos la visita abierta todo el día, ahora abrimos los domingos y festivos sobre las 12.00 horas», destacaron desde el concello.
Cabe recordar que este santuario nació gracias a las donaciones de los peregrinos devotos que llegaban a este punto escarpado en la ladera del río Bibei. Un conjunto arquitectónico, que recuerda el fervor de quienes durante siglos han llegado hasta el lugar: peregrinos, estudiantes, seminaristas, niños y aquellos que se cobijaron en las instalaciones anexas al templo de tres naves con embriagadora fachada flanqueada por dos torres.